Etimología de ‘tortuga’

Hay dos teorías diferentes sobre el origen del nombre tortuga.

La primera es que proviene del griego tartarouchos por mediación del latín tartaruchus. Según esta etimología, la tortuga es un habitante del Tártaro, es decir, del infierno. La explicación que se ha buscado es que este animal vive en el fango y por eso se le asociaba con el mal y lo demoniaco.

La segunda sitúa la procedencia en el participio latino tortus ‘torcido’. Covarrubias ya menciona que el nombre puede venirle porque no anda en línea recta sino de forma tortuosa, venciéndose a un lado y a otro. También se ha dicho que podría ser porque tiene las patas torcidas.

Que cada cual se quede con la interpretación que le parezca más acertada.