Etimología de ‘músculo’

La palabra músculo es históricamente un diminutivo. Está formada sobre el nombre latino mus, muris, que significaba ‘ratón’. De ahí sale una forma musculus que no es ni más ni menos que ‘ratoncito’.

¿Pero qué es lo que tienen que ver los músculos del cuerpo con estos simpáticos roedores? Para entenderlo te tienes que mirar el brazo. Cuando lo doblas, verás que el bíceps forma un bulto. Eso es algo que nos ha llamado a todos la atención desde pequeños. Por eso ha dado lugar a muchas metáforas imaginativas. Cuando yo era niño, a eso lo llamábamos “sacar bola”. En la Antigüedad, en cambio, se imaginaron que había un animalito que corría por dentro. Una y otra idea están relacionadas: hay algo que está escondido y de pronto sale.

La imagen del ratoncillo nos dio otras palabras relacionadas con músculo. La primera es muslo. Procede también de musculus, pero se ha desgastado más. Su significado se ha especializado para referirse a la parte superior de la pierna, que es una parte especialmente musculosa del cuerpo. Otra de ellas es murecillo, que se perdió hace tiempo. Es simplemente la versión castellana del musculus latino. Antiguamente, ‘ratón’ se decía mur (que es la raíz de murciélago). Cuando formamos el diminutivo, lo que nos sale es murecillo, o sea, músculo. Su significado era exactamente este y por eso acabó siendo desplazada por la forma que hoy utilizamos: no había sitio para las dos en el vocabulario del español. Aun así, la palabra murecillo se las arregló para dejar un hijo que está camuflado en los mostradores de las carnicerías. El morcillo, con el que se preparan guisos tan apetecibles, no es sino la evolución de murecillo.

Nota: Le doy las gracias a Carlos Gancedo por llamarme la atención sobre la relación entre murecillomorcillo, que a mí se me había escapado.