Los nombres y adjetivos que terminan en vocal + y tienen dos posibilidades para formar el plural: algunos añaden solamente -s; y otros, -es. Un ejemplo del primer tipo es jersey: (1) ¿Por qué las ovejas no encogen cuando llueve y los jerséis de lana sí? [irrelevante, acceso: 30-3-2009; (la web ha dejado de estar accesible,
Sigue leyendo →Las palabras terminadas en -s forman el plural de dos maneras diferentes, dependiendo de la sílaba en que recaiga el acento. a) Si la palabra es aguda, es decir, si va acentuada en la última sílaba, añade -es. Así, de obús, tenemos obuses: (1) […] mis padres aceptaron casi encantados, porque entonces lo que más
Sigue leyendo →El queísmo es un fenómeno antinormativo que consiste en eliminar ante la conjunción que una preposición exigida por un verbo (1a), sustantivo (2a) o adjetivo (3a): (1a) Me acuerdo que hasta a Zidane le pusieron en duda cuando llegó [As, 13-10-2008] [incorrecto]. (1b) Me acuerdo de que hasta a Zidane le pusieron en duda cuando llegó.
Sigue leyendo →Para los nombres y adjetivos terminados en –i tónica, coexisten dos plurales diferentes, uno en -s y otro en -es: (1) En la ermita de Lomos de Orios, […] me dijo Luisvi (el santero) que había visto subir a unos montañeros del club Sherpa de Logroño con los esquís al hombro [Montes, acceso: 2-10-2008]. (2)
Sigue leyendo →Como norma general, aparte se escribe junto. La grafía en dos palabras tan solo es correcta cuando podemos introducir un artículo entre a y parte (y esto solo ocurre en casos excepcionales). Vamos a ver todo el problema poco a poco. Aparte (en una sola palabra) tiene diferentes usos. En uno de ellos es un adverbio que
Sigue leyendo →Los numerales ordinales decimoprimero y decimosegundo están aceptados en la norma desde la publicación del DPD en 2005. Los ordinales tradicionales para 11 y 12 son, respectivamente, las formas irregulares undécimo y duodécimo; pero los ordinales apenas se utilizan a partir de diez. Lo normal es decir el piso once o el doce congreso. De
Sigue leyendo →Los adverbios terminados en -mente (por ejemplo, sinceramente) no existían en latín. Son una innovación de las lenguas románicas. Surgen de expresiones como esta: (1) Clara mente (‘con mente clara’) Lo que tenemos en el ejemplo (1) es un adjetivo (clara) combinado con el sustantivo mente. El sustantivo y el adjetivo están en caso ablativo,
Sigue leyendo →Los adverbios terminados en -mente se acentúan igual que el adjetivo sobre el que están formados. Es decir, si el adjetivo lleva tilde por sí solo, también la lleva el adverbio; y si el adjetivo no la lleva, tampoco la lleva el adverbio: (1) Rápida > rápidamente (2) Rara > raramente Rápida es una palabra
Sigue leyendo →El quesuismo es un uso incorrecto que consiste en sustituir el adjetivo relativo cuyo por la secuencia que su. Veamos un ejemplo: (1) […] él es un jugador que su máxima cualidad es la de crear fútbol [Abc, 9-8-05]. Lo que debemos escribir es esto otro: (2) Él es un jugador cuya máxima cualidad es la
Sigue leyendo →Solo no se acentúa. Desde la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010 es indiferente si se trata de un adverbio o de un adjetivo. Solo no se acentúa, insisto. Existía una antigua regla de acentuación por la que se podía utilizar la tilde diacrítica para evitar posibles ambigüedades. Quien esté empeñado en ello puede
Sigue leyendo →