Te presento ahora algunos usos específicos del participio que merecen un comentario individualizado. Conocerlos te va a servir para manejarlos con seguridad y para ampliar tus recursos expresivos cuando hablas o escribes.
El participio se utiliza a veces como verbo principal en letreros y carteles, por ejemplo:
(1) Prohibido fumar
Muchas tiendas cuelgan en la puerta un letrero que muestra uno de estos dos participios dependiendo de la hora del día:
(2) Abierto/Cerrado
También te puedes encontrar carteles de este tipo:
(3) Cerrado por vacaciones
En la lengua coloquial, el participio se emplea a veces para dar órdenes. A mí de niño me decían esto:
(4) Tú, ahí, sentado.
En estos casos tiende a utilizarse el diminutivo, que añade un matiz afectivo y consigue que la orden no sea tan tajante:
(5) Calladito, que estás más guapo.
Existe un uso coloquial y expresivo del participio que resulta muy idiomático:
(6) Yo esto necesito estudiarlo bien estudiado.
El esquema es el siguiente:
verbo + bien + participio del mismo verbo
La idea que aporta es que la acción se realiza a conciencia. Si eliminas el participio, el enunciado resultante mantiene su sentido, pero se pierde la idea de intensidad:
(7) Yo esto necesito estudiarlo bien.
Al tratarse de expresiones coloquiales, el diminutivo tiende a funcionar bien con ellas porque recalca la dimensión afectiva:
(8) Ese perejil pícalo bien picadito.
Te propongo una nueva construcción coloquial. Se forma con el participio hecho(hecha, hechos, hechas) y un (una, unos, unas). Por ejemplo, si hay un adolescente en tu vida, encontrarás múltiples oportunidades de reprenderle así:
(9) Estás hecho un holgazán.
Esta construcción encierra la idea de ‘como’. Si digo de alguien que está hecho un holgazán, doy a entender que se comporta como un holgazán (aunque no lo sea en todos los momentos de su vida). A mi amigo Lawrence, que es hablante nativo de inglés, le hizo gracia esta expresión la primera vez que se cruzó con ella:
(10) El pobre está hecho un Cristo.
Eso se puede decir de alguien que tiene un aspecto como el de Cristo en el sentido de que está muy maltratado. Es una forma de decir que ha quedado malparado. Te doy un ejemplo que presenta variación de género:
(11) Mi vecina discutía hecha un basilisco.
El basilisco es un animal mitológico que, supuestamente, mataba con la mirada. Cuando decimos que de alguien que está hecho un basilisco es porque está muy enfadado. Fíjate en que el participio hecha concuerda en género y número con la vecina y no con el basilisco.