Te muestro ahora un puñado de construcciones de infinitivo que resultan frecuentes. Algunas son coloquiales, otras resultan formales o neutras. Conocerlas te va a ayudar a afinar tu expresión oral y escrita.
La construcción al + infinitivo expresa una idea de tiempo:
(1) Al volver a casa, me encontré a Florencio.
En este ejemplo, tenemos dos acciones que coinciden en el tiempo:
La una tiene una duración prolongada, mientras que la otra es puntual. Yo podría expresar una idea equivalente con estas otras palabras:
(2) Me encontré a Florencio mientras volvía a casa.
A veces, la acción del infinitivo sucede justo antes de la acción del verbo principal:
(3) Al levantarme, me di un cabezazo.
Ahora tenemos una secuencia formada por dos acciones diferentes que ocurren la una inmediatamente después de la otra:
1. Me levanto.
2. Doy con la cabeza en alguna parte.
Estas dos acciones no se solapan en el tiempo: el final de la primera coincide con la llegada de la segunda.
El significado originario de las construcciones formadas por al + infinitivo es temporal; pero, a veces, adquieren una interpretación de causa-efecto. Esto se explica porque las causas y los efectos son nociones muy abstractas. A nuestro cerebro le resulta fácil trabajar con realidades concretas como piedras, palos o sandías. En cambio, las abstracciones se le resisten. Por eso, echa mano de ciertos trucos para manejarlas. Existe uno que nos da buen resultado: cuando nos enfrentamos a realidades abstractas, intentamos representárnoslas en términos de otras que sean menos abstractas.
Nuestra relación con el tiempo es más inmediata que con la causalidad: nuestro propio cuerpo nos da un testimonio palpable del paso de los años. En consecuencia, es habitual que las lenguas del mundo reutilicen construcciones temporales para expresar causas y efectos.
Te muestro un ejemplo de al + infinitivo con valor causal:
(4) Al ser rico, no tenía que preocuparse de trabajar.
Esto viene a ser otra forma de decir:
(5) No tenía que preocuparse de trabajar porque era rico.
Las construcciones del tipo al + infinitivo son neutras desde el punto de vista del estilo. Te pueden servir tanto en la lengua coloquial como en registros formales. Si eres estudiante de español como lengua extranjera, prueba a utilizarlas. Resultan muy idiomáticas. Cuando digo idiomático, me refiero a lo que se percibe como más propio y más característico de nuestro idioma.
Aprovecho para añadir un consejo que va más allá del infinitivo. Acabo de mencionar que lo abstracto encierra dificultad para nosotros, pobres seres humanos. Cuando tengas que explicarle a alguien nociones abstractas, utiliza el mismo truco que nuestro cerebro. Procura acercarlas a lo concreto por todos los medios que estén a tu alcance: ejemplos y casos específicos, representaciones visuales, comparaciones con objetos físicos, metáforas, historias… Tu público te lo agradecerá.