En un apartado anterior nos hemos topado con este ejemplo:
(1) Carlos llegó a casa sudando.
Ahí, el gerundio sudando nos proporciona información sobre Carlos: sabemos que sudaba. Al mismo tiempo, nos dice algo sobre el verbo llegar. Gracias a él, descubrimos de qué manera llega cierta persona. El alcance de ese gerundio se sitúa en el interior de la oración. Eso es lo más frecuente y lo más típico.
Sin embargo, el gerundio también puede formar construcciones absolutas:
(2) Andando el tiempo, Carlos decidió emigrar a un país con un clima más suave.
Aquí la cosa cambia. El gerundio andando no se refiere a Carlos. No es él quien anda. De hecho, ese gerundio cuenta con su propio sujeto: el tiempo. Este no coincide con ningún elemento de la oración principal. El gerundio tampoco se refiere al verbo decidir. La acción de decidir no sucede andando. Y entonces, ¿a quién se refiere ese gerundio? A toda la oración principal. El hecho de que Carlos decida emigrar a climas más suaves es algo que se produce andando el tiempo.
Estas construcciones se denominan absolutas porque no se integran en la oración principal, sino que quedan separadas de ella e inciden sobre ella en su conjunto. La ortografía utiliza la coma para reflejar esa separación. Esa coma es obligatoria. En el módulo No te Comas la Coma, encontrarás más información sobre construcciones absolutas y su puntuación.
Las construcciones absolutas tienden a aparecer en posición inicial, tal como ocurre en nuestro ejemplo. No obstante, poseen una cierta libertad de posición. Esta otra versión también es posible:
(3) Carlos, andando el tiempo, decidió emigrar a un clima más suave.
Nuevamente, aíslo la construcción absoluta con comas para mostrar que no se integra en la oración principal, sino que se comporta como un comentario o inciso.
Además, en las construcciones absolutas, el sujeto del gerundio ocupa una posición fija: se sitúa obligatoriamente detrás del gerundio. Ya ves que en nuestro ejemplo aparece primero andando y, después, el tiempo. La versión siguiente está mal construida porque choca con las reglas de la gramática:
(4) El tiempo andando, Carlos decidió…
Las construcciones absolutas de gerundio pueden aparecer en todos los niveles de lengua, desde los más coloquiales a los más formales. No obstante, te quiero prevenir sobre un vicio que consiste en usarlas para darle un tonillo oficial a un escrito. Es muy frecuente en documentos administrativos y jurídicos como la sentencia del apartado anterior, que no es ningún modelo de buena redacción. Las personas de a pie tendemos a calcar este estilo farragoso cuando nos dirigimos a la Administración. Más vale evitarlo.