El participio en los tiempos compuestos

El participio posee una función que le da un rendimiento enorme en español: interviene en la conjugación de los tiempos compuestos. Los tiempos compuestos no existían en latín. Son una invención de las lenguas románicas. Nuestros antepasados romanos formaban los diferentes tiempos verbales añadiendo terminaciones a la raíz en lugar de combinar dos palabras diferentes (que es lo que hacemos en la actualidad para algunos tiempos).

En los tiempos compuestos, el trabajo se reparte entre dos palabras:

(1) he comido

Este ejemplo está integrado por dos palabras que funcionan conjuntamente como único verbo. La primera es el auxiliar haber, mientras que la segunda es el participio comido. Todos los tiempos compuestos siguen el mismo esquema:

haber + participio

El verbo haber aporta lo siguiente:

  • la categoría verbal (gracias a él, la combinación en su conjunto funciona como verbo)
  • nociones gramaticales de tipo genuinamente verbal como las ideas de persona, tiempo, modo y número

Por su parte, el participio le aporta a la combinación su significado concreto. El tiempo compuesto he comido encierra la idea concreta de ingerir alimento. En un apartado anterior, ya estudiamos las perífrasis verbales. Ya nos encontramos entonces con un reparto de tareas análogo. En una perífrasis como la siguiente, dos palabras asumen conjuntamente la función verbal:

(2) estoy estudiando

La diferencia entre los tiempos compuestos y las perífrasis reside en el hecho de que los tiempos compuestos son sistemáticos. Constituyen un conjunto cerrado y ordenado que se puede representar en forma de tabla. Esa tabla es válida para cualquier verbo. Sus apartados son totalmente previsibles. En cuanto aprendemos los mecanismos de la conjugación, estamos en condiciones de formar los tiempos compuestos de cualquier verbo.

Por su parte, las perífrasis se parecen más al vocabulario en el sentido de que hay una multitud de ellas, son asistemáticas, imprevisibles… Por eso, en las gramáticas se suelen incluir listas de perífrasis. Esto sirve para tenerlas clasificadas y para dejar constancia de sus usos y significados. Estas listas son abiertas y van cambiando con el tiempo: los hablantes van inventando nuevas perífrasis y van olvidándose de otras que se pasan de moda. Sería imposible sistematizar las perífrasis del español en forma de tabla.

Ya lo dije indirectamente cuando expliqué los usos del participio como adjetivo. Ahora lo añado de manera explícita: el participio es invariable cuando se utiliza para construir los tiempos compuestos de la conjugación. Rechaza terminaciones de femenino, plural, diminutivo y superlativo. Su forma es una y solamente una: la de masculino singular. Esta es una característica de la lengua actual. En la lengua antigua el panorama era más complejo, pero eso no nos aporta gran cosa en este momento. Por tanto, no voy a entrar en esa cuestión.