¡Atención! Llegamos ahora a una de las principales fuentes de errores: el gerundio empleado como adjetivo. Los manuales de gramática contienen amplias explicaciones sobre esta cuestión, pero entenderlas es un suplicio. Por suerte, la genial María Moliner va a acudir en tu ayuda con un truco que te soluciona el problema de un plumazo. No te lo pierdas.
En general, la norma rechaza el uso del gerundio como adjetivo. El siguiente ejemplo se considera incorrecto:
(1) Tenía estacionado en su patio un camión conteniendo melones.
En el ejemplo, el gerundio se utiliza indebidamente para explicar algo sobre cierto camión (concretamente, que contiene melones). Está funcionando como si fuera un adjetivo. Lo notamos porque podemos sustituir la secuencia conteniendo melones por verdaderos adjetivos:
(2) Tenía estacionado en su patio un camión {conteniendo melones/rojo/nuevo/peligroso}.
En lugar del gerundio, necesitamos una oración de relativo. Esta es la solución:
(3) Tenía estacionado en su patio un camión que contenía melones.
Estas construcciones en que se fuerza al gerundio a funcionar como adjetivo suelen ser calcos del inglés. Tienden a aparecer en traducciones más o menos apresuradas. Ten cuidado con ellas si te mueves en un ambiente bilingüe.
Existe una variante que es típica del lenguaje administrativo. Tradicionalmente se la conocía como gerundio del boletín oficial. También debes evitarla. Seguro que te has encontrado alguna vez ejemplos como estos:
(4) Decreto nombrando gobernador…
(5) Ley reformando las tarifas aduaneras…
Lo que conviene aquí es esta otra redacción:
(6) Decreto por el que se nombra gobernador…
(7) Ley {por la que se reforman/de reforma de} las tarifas aduaneras…
No obstante, existen casos en que sí se aceptan los usos adjetivales del gerundio. Vamos a observarlos primero y después te revelaré el truco definitivo para separar el grano de la paja.
Sí se aceptan ciertos usos del gerundio como adjetivo. En los manuales se suele mencionar que son correctos dos casos específicos.
En primer lugar, se considera válido emplear el gerundio como adjetivo en títulos de cuadros, fotografías, etc. Por ejemplo, en la iglesia de San Ginés de Madrid, junto a la plaza Mayor, se conserva un óleo del Greco que se titula así:
(8) Cristo expulsando a los mercaderes del templo
El gerundio expulsando nos dice algo sobre Cristo: nos indica cuál es la acción que realiza. Por tanto, la secuencia expulsando a los mercaderes del templo está funcionando como adjetivo. Puedo sustituirla por verdaderos adjetivos:
(9) Cristo {expulsando a los mercaderes/molesto/indignado/serio}
Nuestros académicos no tienen inconveniente con esa construcción de gerundio porque se trata del título de un cuadro.
La segunda excepción se refiere a los gerundios ardiendo e hirviendo. También se acepta el usarlos como adjetivos:
(10) Cuando uno está desesperado, se agarra a un clavo ardiendo.
(11) Un buen té se prepara con agua hirviendo.
Además, hay toda una casuística de usos tradicionales que nunca han molestado a nadie y que la norma acepta. En ellos, parece que el gerundio funciona como un adjetivo, pero en realidad no es así. La explicación teórica para diferenciar las construcciones correctas e incorrectas puede ocupar páginas y más páginas. Sin embargo, la genial María Moliner lo soluciona con el sentido práctico y la modestia que caracteriza a toda su obra. Propone una sencilla prueba que identifica al instante usos correctos e incorrectos. Mira este ejemplo:
(12) En la terraza hay una señora saludando con la mano.
Ahí, el gerundio saludando parece que está funcionando como adjetivo porque nos dice algo sobre la señora de la terraza. Sin embargo, usos como este se han considerado siempre impecables. Para María Moliner, la clave está en considerar que se ha omitido esta secuencia:
que está
Vas a comprobar enseguida que esas dos sencillas palabras nos sacan de dudas con todos los casos de este apartado: tanto los correctos como los incorrectos. Empecemos por el ejemplo de la señora:
(13) En la terraza hay una señora que está saludando con la mano.
Efectivamente, ahí encaja que está. Eso te indica que el ejemplo inicial es impecable. En realidad se trata de una forma abreviada. Por fuera, parece que hay un adjetivo. En el fondo, lo que tenemos es una perífrasis verbal. Vamos con el cuadro del Greco:
(14) (Aquí se ve a) Cristo (que está) expulsando a los mercaderes del templo.
El título del cuadro viene a ser una forma resumida de decir lo anterior. Nuevamente, la secuencia que está encaja. Eso nos permite entender por qué se aceptan estos gerundios en títulos de cuadros y similares. También funciona con ardiendo e hirviendo:
(15) Cuando uno está desesperado, se agarra a un clavo que está ardiendo.
(16) Un buen té se prepara con agua que está hirviendo.
El truco también te permite identificar construcciones incorrectas del tipo un camión conteniendo melones, un sobre conteniendo explosivos, etc.:
(17) Tenía estacionado en su patio un camión que estaba conteniendo melones.
Aquí no encaja la secuencia que está. Eso indica que la construcción con gerundio es incorrecta. Lo mismo ocurre con construcciones como decreto nombrando gobernador:
(18) Decreto que está nombrando gobernador…
Al insertar que está, descubro que esa forma de expresarse no es válida. Eso me confirma que ese uso del gerundio como adjetivo es incorrecto.
Utiliza esta prueba cuando te encuentres ante construcciones dudosas. Te va a sacar de apuros al instante. Aclaro, eso sí, que la prueba es válida para los casos en que el gerundio funciona como adjetivo. Más allá de eso, no te va a servir. Por ejemplo, si intentas aplicársela a los ejemplos del apartado siguiente, no te servirá de nada porque esos gerundios no funcionan como adjetivos ni nada que se le parezca.
¿Y de qué trata el siguiente apartado? La principal fuente de errores con el gerundio es el famoso gerundio de posterioridad. Ha llegado la hora de tomar ese toro por los cuernos, pero antes te vendrá bien resolver un ejercicio. Pasa a la siguiente lección.