La pasiva perifrástica

Vamos a hablar por fin sobre la famosa pasiva perifrástica. Para ello, necesito explicarte primero cómo ha cambiado la lengua desde la antigua Roma hasta nuestros días.

En latín existía la voz pasiva. Esta se formaba añadiendo terminaciones especiales al verbo. Para ello, se tomaba como punto de partida la conjugación activa. Te muestro un ejemplo de la conjugación activa en latín que se entiende perfectamente porque tiene la misma forma que en castellano:

(1) amas (‘tú amas’)

A partir de aquí, sustituyo la terminación activa por una pasiva y obtengo esta forma:

(2) amaris (‘tú eres amado’)

En latín, la pasiva se expresaba con una sola palabra (no había necesidad de añadir otras). Sin embargo, la conjugación pasiva se perdió en el paso al castellano. Nuestros antepasados castellanos empezaron a expresar la idea de pasividad acumulando palabras. Ya hemos observado un fenómeno parecido con los tiempos compuestos: en latín se expresaban con una sola palabra, mientras que en castellano necesitamos una combinación de dos palabras. En el caso de la pasiva, el trabajo recayó sobre una perífrasis verbal que presenta este esquema:

ser + participio

Por tanto, lo que los romanos condensaban en una sola palabra (amaris) nosotros lo desdoblamos dos:

(3) eres amado

La pasiva altera profundamente la estructura de la oración en comparación con la activa correspondiente. El siguiente ejemplo activo me va a servir para mostrarte el proceso y sus implicaciones:

(4) Sofía amasó el pan.

El verbo amasar no se concibe sin los siguientes elementos:

  • alguien que amasa
  • algo que se amasa

Esos dos elementos desempeñan estas funciones respectivamente:

  • sujeto (Sofía)
  • complemento directo (el pan)

En la pasiva perifrástica vamos a darles la vuelta:

(5) El pan fue amasado por Sofía.

En la nueva construcción se han producido todos estos cambios:

  1. El antiguo complemento directo (el pan) se convierte en sujeto.
  2. El antiguo sujeto (Sofía) se convierte en un complemento que va introducido mediante la preposición por.
  3. El verbo simple (amasó) se sustituye por una perífrasis (fue amasado).

Observemos los cambios más de cerca. El primero es el paso del complemento directo a la función de sujeto. Esto es importante para emplear la pasiva correctamente en español. En nuestra lengua, solamente se puede formar la pasiva para los verbos que toman complemento directo, es decir, para los que se conocen como verbos transitivos. El sujeto de la pasiva es obligatoriamente el complemento directo de la activa correspondiente. Esta característica diferencia al español y al inglés. Esta última lengua es más dada al uso de la pasiva y, además, acepta construcciones pasivas que son imposibles en español. Cada vez me encuentro más a menudo malas traducciones del inglés como esta:

(6) El cliente fue notificado de las nuevas condiciones.

Eso es incorrecto en español. El verbo notificar presenta este esquema

(7) alguien (sujeto) notifica algo (complemento directo) a alguien (complemento indirecto)

Eso me permite construir una oración activa como la siguiente:

(8) La empresa notificó las nuevas condiciones al cliente.

El sujeto de la pasiva es obligatoriamente el complemento directo de la activa. Por tanto, la única pasiva que puedo formar a partir de ahí es esta:

(9) Las nuevas condiciones fueron notificadas al cliente.

En la oración activa, al cliente es un complemento indirecto y, por tanto, nunca puede funcionar como sujeto de la pasiva.

Retomemos ahora nuestro ejemplo inicial de pasiva perifrástica:

(10) El pan fue amasado por Sofía.

Ahí puedes observar un complemento (por Sofía) que procede del sujeto de la activa. Se le denomina complemento agente porque expresa quién realiza la acción. Este complemento se puede eliminar fácilmente:

(11) El pan fue amasado.

Ahora sabemos qué acción se realiza, pero se pasa por alto quién la realiza. Precisamente, ahí reside casi siempre el rendimiento de la pasiva. Es una forma de ocultar el agente.

Por su parte, la perífrasis pasiva está formada por el verbo ser y el participio. Te conviene saber que ese participio concuerda en género y número con el sujeto de la oración pasiva. Lo vas a apreciar claramente en el siguiente ejemplo:

(12) Las campeonas olímpicas fueron aclamadas por la multitud.

En este ejemplo, el sujeto es las campeonas olímpicas. Es femenino plural. El participio aclamadas adopta ese género y ese número para mostrar la relación que mantiene con el sujeto.

Lo que te explicado hasta aquí es importante, pero lo que viene a continuación lo es más. La pasiva perifrástica es una forma poco idiomática. Cada lengua tiene su propio carácter, su propio genio. Dentro de todas las formas de expresarse que son virtualmente posibles, los hablantes muestran predilección por unas, mientras que tienden a dejar de lado otras. Si lo piensas, es un comportamiento muy humano. También actuamos así con la ropa que acumulamos en el armario, con nuestros amigos y conocidos o con nuestras actividades de ocio. Disponemos de muchas opciones, pero solemos centrarnos en unas pocas.

La pasiva perifrástica es una construcción gramaticalmente posible, pero que no encaja con las formas de expresarse que resultan más genuinas y espontáneas en esta lengua nuestra. Casi siempre que aparece esta construcción es porque se está imitando de manera consciente o inconsciente. Hasta el siglo XIX se imitaban los giros del francés. Últimamente, se calcan las expresiones del inglés.

Te voy a dar el consejo del profesor Bustos. Procura expresar las ideas de manera activa siempre que puedas. Ayudarás a tu lector y mantendrás su interés. No obstante, a veces puede ser interesante ocultar la información sobre quién realiza la acción. Para eso dispones de una construcción que es más idiomática: la pasiva refleja. Vamos a ver cómo funciona y de qué manera puede sustituir a la pasiva perifrástica. El siguiente ejemplo contiene una pasiva perifrástica. Podría proceder fácilmente de una mala traducción del inglés. No es un error gramatical, pero es una forma de expresarse francamente mejorable:

(13) Las claras de huevo son batidas para introducir aire.

Lo puedo convertir fácilmente en una pasiva refleja:

(14) Las claras de huevo se baten para introducir aire.

Esta nueva versión es preferible desde el punto de vista de la idiomaticidad y el estilo.

La pasiva refleja se denomina así porque combina características de las construcciones pasivas y de las reflexivas. Al igual que sucede con la pasiva, el complemento directo de la activa pasa a funcionar como sujeto:

(15) El cocinero bate las claras de huevo > Las claras de huevo se baten

Se nota que las claras de huevo son el sujeto porque el verbo concuerda con ellas en plural (se baten). Si convierto ese sujeto en singular, el verbo refleja inmediatamente el cambio de número:

(16) La clara de huevo se bate.

La pasiva refleja tiene en común con las construcciones reflexivas el elemento se. En la pasiva refleja funciona como una mera marca que da la pista para interpretar que la construcción en su conjunto tiene valor pasivo.

Entonces ¿no se puede utilizar nunca la pasiva perifrástica? ¿Nunca conviene decir Las claras de huevo son batidas? Normalmente, esta construcción es un síntoma. Es como el dolor. Cuando algo duele, suele ser un aviso que te lanza el cuerpo. Si de pronto aparece una pasiva perifrástica en tu redacción, casi siempre es una llamada de atención. Te indica que necesitas introducir mejoras en lo que estás escribiendo.

Lo mejor que puedes hacer es archivar la pasiva perifrástica en algún cajón del fondo de la memoria…, pero no la olvides del todo. La próxima semana comenzamos el módulo Uso de los Pronombres Personales. En él te propondré una prueba para evitar el leísmo y laísmo. La pasiva perifrástica te va a servir como una especie de reactivo que revela la estructura de ciertas construcciones dudosas. Solamente te va a servir para completar la prueba. Después la arrojarás tranquilamente a la papelera porque habrá perdido su utilidad.

Con esto, doy por terminado el módulo Uso del Infinitivo, Gerundio y Participio. Espero que te haya resultado útil y que lo hayas disfrutado.