El siguiente concepto es fundamental:
La sílaba tónica de una palabra es aquella en la que marcamos el golpe de voz al hablar
Para aplicar correctamente las reglas de acentuación, necesitas determinar con exactitud cuál es la sílaba tónica. Esta es la piedra sobre la que reposa todo el edificio. Mientras no tengas esto solucionado, no vas a mejorar. Es imposible.
La maestra que me enseñó a escribir los acentos lo tenía claro. Nos tuvo a todos los niños de la clase practicando hasta que fuimos capaces de atinar con la sílaba tónica. El procedimiento era el siguiente.
Ella nos iba presentando palabras aisladas. Nosotros teníamos que leerlas en voz alta silabeando de forma muy enfática, como si cantáramos. Teníamos que arrastrar cada vez la pronunciación de una sílaba diferente. Eso era lo que nos permitía acertar con la que se dejaba prolongar de manera natural. Esa sílaba se dejaba pronunciar durante más tiempo, con más fuerza y con una melodía diferente.
Por ejemplo, nos presentaba esta palabra:
(1) jirafa
Con una palabra como jirafa resulta natural demorarse en la sílaba intermedia:
(2) ji·RAAA·fa
Lo que estoy haciendo es apoyar en la sílaba central toda la fuerza de la pronunciación y de la melodía. Hazlo tú en voz alta. Comprobarás que suena natural. Hemos encontrado la sílaba tónica.
En cambio, suena raro hacer lo mismo con la primera sílaba:
(3) JIIII·ra·fa
Tampoco resulta natural arrastrar la pronunciación de la última sílaba:
(4) ji·ra·FAAA
En la práctica, el método de mi maestra funciona a las mil maravillas; pero ¿tiene alguna base científica? La tiene.
Para empezar, es correcto el practicar con palabras aisladas. ¿Por qué? Porque las reglas de acentuación se aplican a la palabra individual. Por tanto, debemos tomar esta como punto de partida.
Además, el acento prosódico combina tres características (enseguida te explicaré que es eso de acento prosódico, de momento ten paciencia):
El acento del español se asocia típicamente con la primera característica. Es, sobre todo, un acento de intensidad. No obstante, las otras dos características también están presentes de manera secundaria. Cuando cantamos las sílabas prolongándolas y enfatizándolas, lo que logramos es presentar de forma exagerada y perceptible lo que hacemos inconscientemente y a toda velocidad al hablar.