¿Dónde se habla el mejor español? Hacía tiempo que quería escribir sobre este tema y me da pie ahora para ello la lectura de un interesante libro sobre la relación entre lengua e identidad en el que se trata precisamente esta cuestión en el capítulo 4, aunque en un plano general, no en el específico de nuestra lengua (Edwards, John. 2009. Language and identity: an introduction. Cambridge: Cambridge University Press).
Todos nos hemos encontrado alguna vez envueltos en una conversación sobre dónde se habla el mejor español. Respuestas clásicas en España son: en Valladolid o quizás en Castilla. Allende los mares se tiende probablemente a atribuir esta virtud a las variedades europeas de esta lengua. Normalmente la discusión se trufa con argumentos sobre la pureza o la corrección de esta o de la otra variedad. Sobre las restantes variedades se suelen tener también listos juicios de tipo estético, social, comunicativo, etc. que sirven para terminar de aderezar el tema. Así, se afirma con convencimiento que En la ciudad X tienen un acento muy gracioso, En la región Y hablan muy cateto o En el país Z no hay quien los entienda. Evitaremos aquí los ejemplos concretos porque bastante calientes están ya las cosas como para echar más leña al fuego.
Para empezar, hay que aclarar de qué estamos hablando verdaderamente cuando nos referimos al mejor español. ¿Tiene esto que ver con alguna cualidad intrínseca de tipo estructural o funcional? Para que nos entendamos: ¿tiene el murciano una gramática más desarrollada que el extremeño?, ¿es posible una comunicación más precisa hablando limeño que hablando porteño? Desde un punto de vista científico, la respuesta es un rotundo no. Todas las variedades de una lengua son medios igualmente aptos para desempeñar las diferentes funciones del lenguaje. No se puede sostener de ningún modo que la variedad X sea mejor que la variedad Y o que la una sea más pura y la otra esté más echada a perder.
Sin embargo, desde un punto de vista social, las cosas cambian. No hay duda de que los hablantes tienen sus propias ideas al respecto y de que las manifiestan con vehemencia. Los juicios más o menos estrictos, más o menos definidos, más o menos emocionales sobre cuáles son las variedades de su propia lengua que resultan más hermosas o más puras o más saladas o más sosas existen, son reales para quienes los emiten y tienen su valor, pero hay que saber interpretarlos. En el fondo, estos juicios no nos dicen nada sobre las variedades lingüísticas a las que en principio se refieren sino sobre la consideración que merecen los grupos que hablan esas variantes. Son el resumen de estereotipos, prejuicios, diferencias económicas, rivalidades o afinidades, procesos históricos, etc. La traducción es muy sencilla. Cuando nos dicen: En tal sitio hablan muy gracioso, lo que nos quieren decir es: Los de tal sitio son muy graciosos. Y la afirmación sobre lo cateto del habla de este pueblo o del otro no es sino una forma más o menos indirecta, más o menos socialmente aceptada de llamar catetos a los habitantes del pueblo en cuestión. No hay muchas más vueltas que darle.
Las variedades de prestigio, por su parte, suelen coincidir con las habladas por quienes históricamente han sido más exitosos. Por ejemplo, la belleza o la dignidad que se le atribuyen a un determinado acento son simplemente el reflejo del juicio colectivo que merecen los hablantes con tal acento.
Se han hecho experimentos en los que se ha pedido a personas que no conocen una lengua ni el trasfondo histórico, social, económico, etc. de la comunidad que la habla que juzguen estéticamente el sonido de diferentes variedades. Sus respuestas no tenían nada que ver con las de hablantes nativos que sí están familiarizados con ese trasfondo. Quienes desconocen cuáles son las valoraciones relativas que merecen diferentes grupos de hablantes dentro de una comunidad lingüística son incapaces de atinar asignando los supuestos valores estéticos. A un panameño le puede parecer que el acento de un hondureño, un boliviano, un español o un argentino es de tal o cual manera. Lo que nos está diciendo, quizás sin ser del todo consciente de ello, es lo que le parecen los hondureños, los bolivianos, los españoles o los argentinos. Si la misma pregunta se la hiciéramos a una señora recién aterrizada de Samoa sin entender una palabra de español, te puedo asegurar que lo que le parecería sería completamente distinto.
En definitiva, y para no alargarnos más, responder a la pregunta inicial es más fácil de lo que parecía. ¿Que dónde se habla el mejor español? Pues en todas partes y en ninguna.
Estoy de acuerdo en que todo es relativo, pero como apunta Harry, se podría definir por ejemplo que se habla mejor allá donde mayor riqueza de vocabulario tiene *la mayoría* de los hablantes.
Y/o se podría definir que se habla mejor allá donde la pronunciación es más acorde a lo que se escribe, o a la de hace 300 años (o los que sea).
En fin, todo es relativo, pero podríamos _acordar_ unos parámetros sobre cuya base decidir dónde se habla un buen español.
Andalucía es por desgracia la única comunidad autónoma española en la que los locutores siguen considerando el español que se habla aquí un “defecto” que debe curarse en el logopeda.
La mayoría de los locutores imita el habla de Castilla (y la imitación suele ser muy mala), por considerarla más “correcta”. Una demostración de incultura y complejo lingüístico en una región en la que paradójicamente se habla un español precioso.
“Se han hecho experimentos en los que se ha pedido a personas que no conocen una lengua ni el trasfondo histórico, social, económico, etc. de la comunidad que la habla que juzguen estéticamente el sonido de diferentes variedades. Sus respuestas no tenían nada que ver con las de hablantes nativos que sí están familiarizados con ese trasfondo.”
Me parece muy interesante que menciones este experimiento porque, la verdad, nunca me había parado a pensar en ello.
El artículo es una joya.
Creo que te voy a enlazar a mi blog. Me gustas mucho.
Un saludo,
Eso pensaba yo, que los castellanos hablábamos mejor que los andaluces, hasta que en clase de dialectología aprendí que no, que desde un punto de vista puramente lingüístico no tiene sentido hablar de suerioridad o inferioridad.
Carlos y Harry me han quitado las palabras de la boca. En contra de tu conclusión, Alberto, opino que se puede hacer claras distinciones de las regiones o paísa donde se habla mejor nuestra lengua: sin duda alguna, al otro lado del charco. Su riqueza léxica es abrumadora. Y además saben expresarse que da gusto, verdadera música para los oídos.
Saludos, LJ
Aurora, creo como casi todos los lingüistas que es un error pensar que el español más correcto es el que más se aproxima al escrito. Para hablar bien español sólo hace falta hacerlo de forma correcta y clara, con independencia del acento del hablante, otra cosa es que, dependiendo de la zona en la que vivas, nos choque uno u otro acento.
Alberto:
Excelente entrada. Un nuevo horizonte ante las expectativas de tus seguidores. Si, un nuevo horizonte del que tú vas a ir dispersando las nubes.
Espero con impaciencia que el cartero me traiga libro, “Palabras de bits, palabras de tinta”, en versión clásica. Ya te contaré.
Un abrazo
Nota: Era aquí donde quise poner este comentario. Ya está en su sitio.
“Allende los mares se tiende probablemente a atribuir esta virtud a las variedades europeas de esta lengua.”
En América no consideramos que en España se hable mejor, ya que la pronunciación de la zeta nos suena muy ajena, lo mismo que el uso del pronombre vosotros. También se considera negativo el exagerado uso de coloquialismos y términos propios de España (chaval, tío, guay, ordenador). Hay gente que dice que se habla mejor en Colombia y otros que en Perú. A algunos les gusta el hecho de que en muchas partes de Bolivia todavía se diferencia entre los sonidos de elle y ye.
En todo caso, al menos en Chile, se piensa que los españoles tienen más vocabulario que nosotros.
El español de Andalucía era en el siglo XVI y XVII una punta de lanza de la evolución del castellano, y si el español no siguió evolucionando fue por la llegada del normativisimo en el siglo XVIII, cuando la RAE comenzó a fijar y dar esplendor. Pero es curioso cómo ese español más evolucionado, más moderno, producto de la confluencia de repobladores de todas las regiones de España, se trasladó a Canarias, el Caribe y buena parte de América. Hoy la familia del español atlántico la forma casi el 95% de los hispanoablantes. Creo que hay que acabar con los tópicos de que el andaluz es el español mal hablado porque no es cierto y además ha “prestado” buena parte de sus características al otro lado del charco, sin olvidar Extremadura y parte de Castilla la Mancha.
Estoy en desacuerdo con varios comentarios, creo que muchos confunden la riqueza de vocabulario con la utilización de nombres indígenas, que generalmente son utilizados para la toponimia y comidas.
Soy de allá pero llevo decadas aquí, precisamente en el sur y tengo la imagen contraria al comentario de María, creo que estamos muy orgullosos del seseo e incluso hay grupos reivindicando el cyber-andaluz.
Otra cuestión que si enfada a muchos es la imagen que se ve en television y películas con falsos andaluces, generalmente empleadas del hogar y niños, que por lo general aparecen siempre gritando.
Hola! Un saludo para todos.
Pienso que,desde el punto de vista linguístico, no existe un español hablado mejor que otro. Como ya sabemos, sí existen variantes dialectales fonéticas, morfológicas, léxicas y sintácticas, que sí marcan diferencias notables en diversas regiones o países de habla hispana. Algunas pueden parecer a nuestro oído divertidas, chocantes o terribles; pero lo cierto es que, independientemente de cómo nos parezcan, son maneras lícitas de comunicarse entre los hablantes de una lengua maravillosamente riquísima en posibilidades expresivas.
Concuerdo con alguien, que ya opinó, que el “mejor uso” tal vez se deba a una preocupación personal, producto de un mejor conocimiento del idioma y de una conciencia linguística más desarrollada.
¡Qué manera más elegante de eludir una cuestión tan pantanosa como la que describes!
¿Dónde se habla el mejor español? Pues para mí era lógico que en España (soy mexicano), pero recuerdo que tienen tantas variaciones que termino por responder a tu pregunta con una afirmación rotunda: ¡En mi casa! (que también es la de ustedes). Por que mi madre habla el mejor español que conozco, claro, el que me enseñó.
No hay respuesta sencilla, pero de que la tuya resulta elegante, no hay duda.
Gracias.
No hay duda de la importancia del contexto en cualquier acto de habla. Yo también suelo decirles a mis alumnos que olviden los juicios valorativos, la claridad es la mejor cualidad de un buen hablante. Un gran artículo.¿Que tal le tratan en su nuevo trabajo?
Saludos cordiales, M.
Me encantó tu artículo. ¡Cuántos prejuicios tenemos!
A mí me gusta cómo hablan en ciertos países como España y otros de América porque lo “cantan” con gracia y dulzura, pero siempre hay gente de esos mismos países que lo afean con vulgaridades. Eso siempre pasa.
Muchos españoles me han dicho que les gusta el habla de Argentina y a mí, que soy argentina, no me gusta tanto, salvo algunas hablas regionales.
Siempre gusta lo que tienen o hacen los demás… ¿No dicen que el césped del vecino siempre es más verde? Es muy humana y subjetiva la evaluación.
Creo que es correcto cuando el idioma sirve para comunicarnos adecuadamente y no está plagado de tantos regionalismos o vulgaridades dialectales que dificultan la comunicación tan globalizada gracias a Internet.
Creí que “cateto” era sólo un término de geometría y me entero por el diccionario on line de la RAE de la otra acepción:
cateto2, ta.
(De or. inc.).
1. m. y f. despect. Lugareño, palurdo.
Muy interesante y didáctico todo el contenido del blog.
Saludos desde la llanura argentina.
Recientemente he descubierto con agradable sorpresa este blog sobre nuestra bella lengua castellana, y debo reconocer que me ha parecido muy interesante, por lo que animo a su autor a que continúe en la misma línea.
Centrándome a continuación en el tema que nos ocupa, creo que son varias las cuestiones que podrían comentarse al respecto. En primer lugar deberíamos ser conscientes de que el concepto de lengua no representa sino al conjunto de todas las variantes habladas por los hablantes de aquello que llamamos una misma lengua. Desde este punto de vista, tan válida y correcta es una variante de la lengua como otra, con independencia de cuánto se distancien todas estas variantes del castellano original (o más bien del castellano de la región que dio origen a nuestra lengua, pues ya no es el mismo castellano que el original).
Es por ello que, a pesar de que mi castellano es uno de los más fieles a la pronunciación y gramática estándar del idioma español en España, cuando descubro (pocas veces, la verdad) a algún sudamericano o andaluz haciendo el esfuerzo de pronunciar de manera diferente las zetas, ces y eses, les recuerdo que tan correcto es su dialecto español como el mío.
Curiosamente, ellos realizan tal esfuerzo porque dicen querer hablar el español más correctamente, lo cual es un gesto muy loable, aunque parten de un error conceptual. Pero lo que verdaderamente me parece triste y criticable es el caso de algunos andaluces que he conocido, que han renunciado a sus rasgos de identidad lingüísticos arguyendo que sus paisanos andaluces no sólo hablan mal el castellano, sino que además lo hablan mal porque son unos incultos. Modificar tu manera de hablar por prejuicios lingüísticos supone un atentado contra tu propia identidad lingüística, y por consiguiente también contra tu propia identidad como miembro del pueblo andaluz.
Por otro lado, y como bien ya se ha apuntado aquí, la cuestión de qué castellano es más correcto carece de sentido si no se hace en términos relativos. En efecto, pues… ¿correcto desde qué punto de vista? Desde el punto de vista de la variante estándar de la lengua, que es la que nos enseñan en el colegio, sí podemos afirmar que el andaluz o incluso el laísmo de muchos madrileños es menos correcto que otras formas de hablar castellano. Ahora bien, tan lícito es plantear nuestra pregunta del inicio desde este punto de vista como desde cualquier otro, pues el problema es relativo, no absoluto.
Personalmente creo que la gente debería focalizar más sus esfuerzos en escribir con arreglo a las normas ortográficas estándar de nuestra lengua, pues se supone que son aceptadas por todos nosotros. Algunas faltas de ortografía ciertamente, a mí al menos, te llegan a hacer daño a la vista. Y es que, una cosa es que nuestro dialecto del español sea tan lícito y correcto como cualquier otro, por lo que usemos vocablos diferentes, y otra muy distinta que no pongamos ningún empeño en hacer buen uso de tales normas ortográficas que nos enseñaron en la escuela, las cuales con independencia de cuál sea nuestro dialecto, sí son las mismas para todos…
Fernando dice: “cuando descubro (pocas veces, la verdad) a algún sudamericano o andaluz haciendo el esfuerzo de pronunciar de manera diferente las zetas, ces y eses …”
Dudo que encuentres a un hispanoamericano que trate de diferenciar entre zeta y ese. Los andaluces escuchan ambas pronunciaciones en el cine, la televisión, y la radio, y nosotros no. Incluso muy pocos hispanoamericanos saben que el sonido “ce” es idéntico a “ze”.
¡Qué gran descubrimiento este blog!
Coincido en la opinión general que plantea Alberto Bustos en su texto y coincido con los matices que aportan algunos comentarios.
En especial estoy muy de acuerdo con Ati cuando dice que una cosa es el modo específico de habar español en una región concreta y otro el mal uso de la lengua. Este “mal uso” lo puedo entender cuando el uso de la lengua es coloquial pero se debería ir con mucho cuidado cuando quien habla lo hace desde un medio de comunicación escrito o hablado.
Asustan la cantidad de faltas de ortografía impresas en revistas y periódicos y los crímenes lingüísticos que pueden oírse en la TV y la radio.
La RAE hace mucho que, en mi opinión, ha dejado de “limpiar” y “dar esplendor”, aunque desde luego, “fijar”, fija a base de bien.
Cuando vine a vivir a Madrid hace más de siete años, descubrí con sorpresa el “maravilloso mundo de leísmo y del laísmo”. Mi primer contacto con lo que yo creía que era una atrocidad lingüística fue en un quiosco. El diálogo fue el siguiente:
– ¿Tiene el Marca (periódico)?
– Sí
– Pues démele.
Después de éste vinieron (y continúan llegando) innumerables ejemplos de leísmos y “la dije” y de “la queda genial”…
Y yo, pensando en todas y cada una de estas malformaciones lingüísticas, “¿Pero es que no se acuerdan de lo del objeto directo y del objeto indirecto?”
Un buen día acudo al diccionario de la RAE y descubro que el leísmo y el laísmo están aceptados. ¡Genial! No han “limpiado” la falta, no han “dado esplendor” porque se ha aceptado algo que estaba tipificado como falta hasta ese momento pero sí han “fijado”, consiguiendo que ahora sea lícito lo ilícito, queda fijada la falta para siempre. Me suena a algo parecido a eso de que “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Por cierto, después he comprobado que ésta es la forma habitual de trabajar de la actual RAE. ¡Qué pena!
Finalmente, me gustaría señalar que soy un gran defensor de los acentos en todos lo idiomas que conozco. Por favor, enfaticen su acento y no intenten disimularlo nunca porque en mi opinión es una forma de identidad cultural que hay que preservar y conservar con diligencia y esmero.
Salud,
Xavi.
Creo que el único futuro razonable es el uso de una lengua común o, en su defecto, un aparato que traduzca en directo como ya está desarrollando google.
La lengua no se desarrolló para ser conservada como tal, de hecho, tampoco con la intención de diversificar ni separar culturas, es una herramienta de comunicación, lleva intrínseco el concepto unificador y evolutivo.
La lengua debe evolucionar hacia una herramienta universal de comunicación.
Saludos.
Desde el punto de vista lingüístico todos estamos de acuerdo en que no hay ningún español mejor que otro. Todas son variedades del idioma y todas son iguales.
Desde el punto de vista de la sociolingüística esto no es así y hay unas variedades más prestigiosas que otras.
Generalmente se consideran prestigiosas las variedades capitalinas ( el francés de Paris o el sueco de Estocolmo) o las variedades más conservadores.
El español de Castilla, el de Valladolid es conservador en cuanto a la pronunciación y es más cercano a la ortografía que otras variedades, a lo que se une que Castilla ha sido considerada hasta hace poco el alma mater de España, el corazón, el núcleo originario.
La confluencia de esos dos factores ha hecho que tradicionalmente se haya dicho que el habla castellana es la preferible.
Sin embargo, el castellano de Castilla ha innovado en su gramática en aras de la simpificación, perdiendo la distinción de casos en los pronombres cuyos resultados son el leísmo y el laísmo.
Ha innovado en otros aspectos como el uso mayoritario del pretérito perfecto en detrimento del indefinido etc.
Ahora mismo en España el habla dominante y la que se expande es la de Madrid, gracias sobre todo a los medios de comunicación.
Siendo Madrid una zona leísta, el leísmo creo yo que en no demasiado tiempo abarcará toda España.
Aunque creo que Pardelo lo tiene claro, quiero putualizar que su comentario es válido solamente para España. Alguien podría creer al leerlo (como de hecho creen muchos españoles) que este es válido para todo el mundo hispanohablante y no solo para España. En cada uno de los países hispanohablantes una de las variedades más prestigiosas es la de la capital de ese país, y por lo tanto el leísmo y el laísmo son considerados errores gramaticales (muy inhabituales, por cierto).
Muy buen artículo sobre un tema que se discute siempre.
Y muy interesantes los comentarios también (básicamente coincido con los de Pedro A.).
En lo relacionado con acentos, claro que hay mucho de gusto, costumbre, percepciones distintas y también prejuicios.
Una par de notas graciosas: Susana, una amiga madrileña que enseñaba en EEUU, no entendía por qué sus alumnos la llamaban “Shushana”… Y el otro día vi una película chilena muy chévere, pero me perdí mucho del diálogo y me hicieron falta subtítulos…
Quizás es verdad aquello de que el acento de México DF y Quito es más “neutro” y por eso más fácil que el de otras regiones y se recomiendan estas ciudades como sitios ideales para cursos de español para extranjeros.
Sea como sea, la riqueza de nuestros dialectos es inmensa.
Saludos desde Quito!
Pues yo no estoy del todo de acuerdo. Por supuesto, en cuanto al acento no cabe duda, en cada lugar tienen uno y ninguno vale más que otro. Pero en cuanto al habla, en cualquier gramática del castellano se puede encontrar que la principal característica de esta lengua es que se habla como se escribe. Así que siguiendo esto el español más correcto es el que se asemeje más a la lengua escrita. Yo soy gaditana, y digo “pa” en lugar de para, “dao” en lugar de dado…
Entiendo que no es correcto, pero es una parte de mí que me une a mi pueblo y no pienso renunciar a ella, aún reconociendo que no es la correcta.
En mi opinión, el artículo expone muy bien la situación y tu visión me parece acertada.
A mí me gustan mucho todos los acentos del castellano y me parecen muy interesantes las variaciones en el léxico y la gramática (aunque me espanto un poco con el queísmo y el loísmo/laísmo, pero sé que es culpa mía). En cualquier caso, tengo una debilidad especial por la entonación colombiana y me gusta mucho la entonación y la gramática de mi dialecto (“Dejaron llevado la llave y salieron si que, pero después la pasaron a perder” = “Según se cuenta, justo antes de salir tomaron la llave, pero la extraviaron en el camino”).
Saludos y felicitaciones por la página.
El mejor español se habla allí donde hay una mayor educación. Les invito a acudir a mi pequeño pueblo en Palencia, castellano puro y duro, a ver si consideran que los habitantes del mismo hablan un gran español. No será así, porque es gente que no se ha formado en la escritura ni en la lectura, y sí en otras lides, como la ganadería o la agricultura.
No creo que influya el tener un acento u otro..Se puede tener acento y hablar de forma estupenda; la clave es hablar con corrección, sin errores gramaticales.
En el caso andaluz, y reconociendo la generalización, al acento característico se le suman errores, que entiendo que no forman parte de un idioma propio, y que sí son defectos de pronunciación, porque cuando escriben esas palabras sí lo hacen correctamente. No veo escrito “serilla” o “cabesa”, pero sí lo escucho. Yo entiendo que es español mal hablado.
¡Felicitaciones al autor del blog y a todos los que comentan! Me llevó tiempo, pero leí todo y TODO es genial porque aportan, abren la mente, analizo sus formas de pensar y me incitan a la investigación y el análisis.
En Los Ángeles hay ciertas instituciones que enseñan español. Me llamó la atención que uno de sus requisitos clave para contratar un profesor es que, de preferencia, sean de origen colombiano o guatemalteco. ¿Por qué? Bueno, a esta pregunta respondieron con estos ejemplos:
a. Si es puertorriqueño cambia la “R” por la “L”, dicen Puelto Lico
b. Si es español, “demaziada” zeta… a parte de muchas expresiones consideradas vulgares (sin ofender, sólo estoy transcribiendo)
c. Si es salvadoreño la “S” va por “J”, ej. Vamoj pal Jalvador.
Y así, con varias “entrevistas” concluyeron que, de preferencia, querían enseñar como en Colombia o en Guatemala.
Con esto no digo que estén en lo correcto o que ahí se hable “mejor”, pero observo que sus puntos tiene validez, pues para enseñar hicieron su análisis y no suena como algo irreal o discriminatorio.
En fin, interesante, entretenido y educativo. Me gusta este blog y sus seguidores.
Bendiciones y les deseo ¡una excelente década!
Buenas noches.
Sin ánimos de ofender a nadie, el idioma o la pronunciación del mismo muchas veces depende del estrato social de donde provenga cada individuo (persona), para darles un ejemplo, en algunas ocasiones ví el programa “Laura en América” y la gente que llegaba allí hablaba un español espantoso (recuerden no quiero ofender pero esta palabra es la que más describe lo que pienso) pero cuando vi el ultimo programa de Amazing Race en Discovery Channel vi un par de peruanas que cuando las escuché hablar mi concepto del acento peruano cambió totalmente. Aquí en Guatemala muchas personas pronuncian la “S” al final de algunos verbos como “Comistes” en lugar de “Comiste” e incluso en los programas de noticias dicen “Preveer” en lugar de “Prever” (cosa que detesto tanto), sin embargo cuando voy al cine las películas dobladas al español en su mayoría son doblajes hechos en México y es un español tan bello que al oírlo lo siento tan natural (como el que hablo yo). Regresando al tema de estratos sociales muchos jóvenes aquí en Guatemala usan palabras recortadas y quieren escucharse como esos actores juveniles de novelas mexicanas como “Revelde”, usando palabras como “Finde” “Pedo” (refiriéndose a un asunto como: “¿Que pedo?), el uso excesivo del “Pues”, entre muchas otras (aunque aquí si pronunciamos bien el “Pues” no decimos “Pes” o “Ps”, no sé, se escucha tan corto que es imposible escribirlo), lo peor es que se está empezando una cultura de barbarismos (entiéndase como extranjerismo pero mal pronunciado), tales como: Fashon (Fashion), Cel (Cell), entre otras.
Aunque difiero de muchas personas cuando se refieren al español como castellano, ya que el castellano proviene de una posición geográfica y no del surgimiento de la misma, pues se debe recordar que el español es una jerga proveniente del latín que se utilizaba en Hispania (España).
En mi humilde opinión cada quién tiene derecho (se le da la gana) hablar el español como más lo prefiera, un ejemplo claro son los argentinos (Algunos actores argentinos corrigen su acento) y su mal uso de la letra “Y” y la “LL”, los portorriqueños (y las demás islas colindantes) o nuestros vecinos los salvadoreños (Algunos periodistas y reporteros salvadoreños hablan un español impecable).
Cada quien defenderá su acento a capa y espada lo que si es cierto es que en toda América Latina se pronuncian mal algunas palabras como: Video en lugar de Vídeo, entre muchas otras.
Particularmente me gusta pronunciar la “Z” y la “C” como se deben, de igual manera la “V” y la “B”.
Cómo les he dicho, es cuestión de gustos, ya que en ocasiones cuando hablamos con extranjeros queremos obviar los modismos y los acentos para que “nos entiendan”.
No se azoten (castiguen) buscando quién tiene el mejor o peor acento o pronunciación de todos, ya que la comunicación hasta gesticulada se entiende.
No hay que ser políticamente correcto para responder a tu pregunta, la estadística y las encuestas son claras, el español más agradable al oído y más fácil de entender para el foráneo es el colombiano (En muchas de sus variantes de clase social y educación, aunque no en todas).
Yo entiendo los argumentos descritos anteriormente, pero si queremos ser concretos a la pregunta expuesta en este texto, esa es mi respuesta.
Eso no es cierto, JJ. Una afirmación como esa sólo es una manifestación de chauvinismo lingüístico. Todas las variedades del español son igualmente correctas y válidas. Son los propios hablantes, sin importar el lugar de donde sean originarios, los que deciden expresarse con propiedad y corrección o ser unos zarrapastrosos del idioma. Esa idea de que el español de tal o cual país es el más agradable al oído es muy subjetiva, y por ende, anticientífica.
Exelente el artículo y sus comentarios.
Tambien parece ser que la RAE acepta un termino como válido si es muy usado. Recientemente murciégalo = murciélago. Si es asi no se para que existe, ya que el idioma iría evolucionando por el mismo uso, sin una Académia que lo regule.
Aclaro a los que comparan paises que los argentinos no somos todos porteños, la mayoría no bailamos tango ni pronunciamos sho. Escuchen también el cordobés, santiagueño, salteño, sanjuanino, correntino, formoseño y tendrán una leve idea antes de encasillanos en algo.
Por lo demas me sumo a los comentarios #20 y #30.
No sé si me leerá el amigo Federico. Pero lo digo para información general. Murciégalo es la palabra original y murciélago es una deformación. Viene del latín mus, caecus y alatus, o sea, ratón ciego con alas. Casi se puede entrever en español Mur (como lemur), ciego, alo.
A Arley, se hablará muy bien en Bogotá, pero no se dice “habían algunos llamados cachacos”, el verbo es impersonal y se dice “había…”. Y lo de hablar sin acento es imposible, porque es un sistema de referencia.
La lengua no es nada que esté dado de una vez por todas. Todo idioma es una realidad en constante cambio. Cuando el cambio es muy frecuente la lengua se deteriora, que es lo que pasó con el latin. Por eso se constituyen instituciones lingüísticas como la Real Academia y se componen gramáticas que traten de crear normas para que los hablantes sean conscientes de cómo hablan y mantengan cierto acuerdo común. La primera gramática en Europa, después del latín, fue la española, inventada por Nebrija. El motivo era que el español se estaba extendiendo por América. “La lengua es la compañera del imperio” decía. Los mejores gramáticos modernos de la lengua española han sido quizá los latinoamericanos. Pues los países que heredan un idioma son, a menudo, los mas celosos. Las reglas de ortografía se pueden mantener de alguna manera, pero las normas de dicción no. Dentro de la península hispana hay diversas variedades fonéticas. Todos sabemos lo que es hablar en andaluz o en castellano de Madrid. Y no se trata solamente de la conversion de la S en Z o de la C en S, pues incluso la pronunciación de la S es diferente en España y en Latinoamérica. Pues la S es fricativa y esa fricación se puede hacer con la punta de la lengua tras los dientes o con la lengua más bien en el paladar. Advertimos cómo los diferentes “dialectos” se diferencian, sin que sepamos cuál es el motivo, a menos que hagamos una investigacon fonológica .
No es justo hablar de español correcto sino más bien de español usual. Y lo que alguno ha llamado deformación lingüística, no es más que una transformación linguistica. Ae alude a la “deformación” de “murciégalo” en “murciélago”. Pero ese tipo de alteraciones es lo más corriente en la historia de una lengua. Los nombres de ciudades y países lo muestran mejor, ya que se usan en lenguas diferentes. Mientras que nosotros decimos Ucrania, otros dicen Ucraina Y escriben además K en lugar de C). Mientras las lenguas de heredan fonéticamente las alteraciones son constantes. En la época romana había una ciudad llamada Hispalis. Llegaron los musulmanes y entendieron ese nombre como Isbilia. Y a la larga todo acabó en “Sevilla”. Más confuso es Constantinopla, que después de usarse uno y otro s iglo, vino a convertirse en Estambul.
Es imposible impedir que una lengua se deforme fonéticamente. Si no fuera así, seguiríamos hablando la lengua de la prehistoria. La introducción de la escritura alfabética, que trata de reproducir los sonidos en signos (no como el chino que es lengua ideográfica, no alfabética) contribuyó a la fijación normativa de las lenguas, con lo cual su trasnformación se hace mucho más lenta. Hoy día, sin embargo, las mecánicas de la escritura que han conducido al uso del ordenador (que yo denomino “ordeñador”) están controguyendo a unaa mayor frecuencia de las alteraciones y defectos ortográficos. Pues es necesario coordinar la vista con llos dedos y con un teclado a veces borroso. Escribimos ya casi tan deprisa como hablamos y por eso las erratas son frecuentísimas.
Se ha dicho a veces que las regiones que heredan una lengua se hacen más conservadoras y minuciosas en el lenguaje. Los más destacados gramáticos de la época moderna son latinoamericanos. El español de Colombia nos hace recordar usos de la Edad de Oro que ya no se usas en España. A mi juicio el mejor español se habla en Colombia, Bolivia y Perú.
Todavía veo que hay gente que no se quita su bandera nacionalista de la mente al creer que el mejor español es el que se habla en su país. Eso no es así. Los idiomas evolucionan y cuando alcanzan una gran extensión geográfica y demográfica como el español se producen variantes dentro de una misma lengua sin que esta pierda su calidad de tal. En todos los países hispanohablantes se habla un buen y un mal español porque eso no depende del lugar sino de las personas. La Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, en ese sentido, han reconocido que la norma culta española es policéntrica, es decir, que no tiene un solo foco de prestigio, sino varios, y es por eso que podemos identificar las normas cultas ibérica o peninsular, mexicana, centroamericana, antillana o caribeña, andina, chilena, rioplatense, etc.
Esa es sólo tu opinión personal, Jéison, porque en el fondo tú estás apelando a un sentimiento nacionalista en lugar de basarte en un criterio lingüístico. Esa idea de que el mejor español es de tal país no está fundamentada en una demostración científica, sino tan sólo en juicios de valor muy subjetivos. Que alguien hable un buen o un mal español no depende de ser ciudadano del país “x”, sino de factores educativos, económicos y sociales, pues en todos los países hispanohablantes hay personas que hablan un buen y un mal español. Ya decía acertadamente Miguel de Cervantes que las comparaciones siempre son odiosas. En realidad, todas las variedades del español (y no sólo la del país que nombras) son ricas en palabras y lo de ser un español muy elegante depende del contexto social en que se ubiquen los hablantes, porque no es lo mismo platicar cordialmente con tus amigos en un bar que dar una conferencia en un congreso internacional de abogados, médicos, ingenieros, etc., en donde no puedes dirigirte a tu público del mismo modo qué lo haces al hablar con tus amigos en tu casa. Así de simple. Detrás de estos argumentos que dicen que el mejor español es el de mi patria querida siento que se esconden rivalidades nacionalistas que a estas alturas de la historia ya deberíamos olvidar.
Para mí un buen español es el que pueda comprender la mayaoría de los hablantes del idioma. Creo que para poder descubrir que tan entendible es un acento se debe hacer un estudio con hablantes de las diferentes variantes lingüisticas.
Totalmente de acuerdo con Carlos Perla, yo soy peruana y puedo decir como limena que soy a pesar de que dicen que hablamos claro, existe gente que simplemente destroza el castellano cada vez que habla y es obvio que no existe el pais que tenga “el mejor espanol” eso depende mucho de la educacion y factores sociales pero sobre todo de educacion. Lo importante para tener un buen castellano es hablarlo claro y pronunciar bien las palabras, yo como latinoamericana pronuncia la s, c y z igual y no hago ninguna diferencia pero puedo hablar mas claro que algun espanol para los que dicen que el no hacer diferencias entre la pronunciacion de estas letras arruina el castellano completamente.
El mejor castellano lo habla aquel que respeta la lengua, puede que hasta uno que no es nativo lo hable mejor que un nativo.
p.d. disculpa por las faltas ortograficas, tengo el teclado en otro idioma.
¡Hola a todos!, sólo pude leer unos treinta comentarios, de hecho muy interesantes, no soy estudiante de lengua española, tampoco soy profesora o lingüista, pero sí soy peruana y me enriquezco con sus opiniones, siempre pensé que en Colombia se oye el mejor castellano, ya que al parecer muestra cierto respeto, escuchar palabras como “usted”, mientras que en Perú decimos “tú”, y me pregunto ¿cómo se tratarán a las personas en otros países? . . . simplemente creo que la educación que recibimos es la que va a encontrar el mejor idioma para este tiempo.
Pues estoy de acuerdo con un post en el que dicen que los americanos tienen un vocabulario más amplio. Yo soy de Bogotá y siempre me dijeron que el español colombiano y más específicamente el bogotano era el más pulido, de vocabulario más amplio, más refinado (en cuanto al uso de términos, omisión de palabrotas) y de acento más plano. Y no puedo refutar a quienes me dijeron eso, las personas cultas de bogotá tienen muchísimo vocabulario, o por lo menos así era cuando yo era niño. Lo digo porque hoy en día se está perdiendo la costumbre de construír frases complejas y de usar todos los tiempos del español, aparte de estarse adoptando demasiados términos coloquiales para uso recurrente. En general me parece que se está perdiendo esa identidad del bogotano como persona muy bien educada, pero solo es mi opinión y puedo equivocarme.
Para mí no puede ser tan relativa la conclusión. Es cierto que hay gente con “nacionalismo”. Y es cierto que lo relativo es aplicable y suena muy equitativo, pero uno nota la diferencia que hay al escuchar los programas de televisión o de radio de un país y al escuchar los de otro. Y es notable también que en un país tiende a usarse menos o más todo el potencial del español. Potencial en cuanto a vocabulario y tiempos. Es claro que en un país tiende a usarse más o menos palabras que no aparecen en el diccionario. No puedo estar de acuerdo con la conclusión. Sí debe haber lugares en donde se habla mejor el español pero varían de una época a otra no siempre es en la misma ciudad o en el mismo país.