Etimología de ‘libro’

El nombre castellano libro viene del latín liber. Esta palabra significaba originariamente ‘parte interior de la corteza de los árboles’. Se conserva aquí un recuerdo de la historia de la escritura. Plinio el Viejo nos explica cómo antes de que se conociera el papiro, se utilizaron cortezas de árboles y otros materiales para escribir:

[…] antes de abandonar Egipto debemos hablar de la naturaleza del papiro, en vista de que todos los usos de la vida civilizada dependen hasta tal punto del empleo del papel […] M. Varrón nos informa de que el papel debe su descubrimiento a la victoria de Alejandro Magno, en la época en que fundó Alejandría en Egipto. Hasta entonces no se utilizaba el papel. Primero se usaron hojas de palma para escribir y después la corteza de ciertos árboles.

Plinio el Viejo: Historia natural, 13.21

Independientemente de la exactitud de las noticias históricas de Plinio, es un hecho conocido que las cortezas de árbol fueron uno de los primeros soportes de escritura en la Antigüedad; de ahí que, por metonimia, se haya mantenido memoria de esto en el nombre del formato por excelencia en que se presenta la palabra escrita en Occidente: el libro.

La palabra castellana viene de la forma de acusativo (librum), que era la que servía en latín para el complemento directo. Esto es lo normal en el paso del latín al castellano:

Lat. librum > cast. libro

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Si nos fijamos en las lenguas germánicas, encontraremos una situación muy similar. En inglés libro se dice book. Esta palabra está emparentada con beech, que es el nombre del árbol conocido en español como haya y que nuevamente nos remite a la actividad de escribir en cortezas. Mira qué paralelismo más hermoso se da en diferentes lenguas germánicas (en cada caso, la primera palabra significa ‘libro’ y la segunda, ‘haya’):

Inglés: book – beech

Alemán: Buch – Buche

Neerlandés: boek – beuk

La palabra libro nos proporciona una muestra estupenda de cómo el léxico conserva rastros de la historia de los pueblos.