La palabra bárbaro viene del griego bárbaros, aunque a nosotros nos llega por intermediación del latín. Originariamente servía para referirse a los extranjeros y después, por extensión, a quienes son rudos e incultos.
Su origen está en una onomatopeya, bar-bar, y dice mucho sobre la incomprensión entre los pueblos. Bar-bar es el equivalente de nuestro bla, bla, o sea, de un parloteo que resulta ininteligible. El extranjero es el que no sabe hablar como Dios manda, el que solo es capaz de decir bla, bla, bla, bla, bla.
El hablante ingenuo es chovinista por naturaleza. Para él las lenguas del mundo se dividen en dos: la suya, que es la buena, y otra —el extranjero— que es la mala (y prueba de ello es que no se entiende). Con mi abuela solía mantener diálogos de este tipo:
—Hijo, ¿y cómo se dice pan en extranjero?
—Pues depende, abuela, es que el extranjero es muy grande.
—Yo qué sé, en extranjero, en lo que hablen por ahí.
—Bread, abuela, se dice bread —le contestaba yo por decir algo.
—Pues qué tontos, ¡con lo fácil que es decir pan!
Mi abuela no lo sabía, pero ella participaba de la misma idea que tenían los griegos de todos los demás.
Aunque si le hubieran preguntado al bárbaro, seguramente hubiera dicho que él pensaba lo mismo de los griegos.
“Y prueba de ello es que no se entiende”. ;-D. Me encanta.
Un tío abuelo mío, mi tío Juan, era aún más osado.
Decía que estaba seguro de que Dios hablaba castellano.
¿El motivo? Pues bien fácil; el castellano es una lengua natural. Cuando decimos “agua” -decía- nos estamos imaginando directamente un torrente de agua fresquita, e incluso lo notamos el deseode tomarla por el solo hecho de pronuncia esta palabra.
Sin embargo, decía, cuando oimos cómo hablan los extranjeros ni se nos viene a la cabeza el agua, ni nada de nada…
Y lo decía absolutamente convencido.
Qué interesante el artículo, y qué buenos los comentarios.
Yo he tenido muchas experiencias similares con mis alumnos, y la verdad, me cuesta creer que gente que demuestra inteligencia y cierta cultura, sean capaces de tal cerrazón mental.
Gracias.
Incluso hay quien no quiere visitar sitios donde no sepan hablar
Te sigo desde hace bastante tiempo pero es la primera vez que participo, y es que después de leer este post brillante no puedo menos que felicitarte y agradecerte el trabajo en este blog.
Muchas gracias.
La anécdota de la abuela también la he sufrido con mi abuela y me parece genial.
Alberto: el único motivo de este comentario es expresar mi agrado y afición a su sitio.
Saludos desde México.
Instructivo y humorístico. ¡Felicitaciones!
Me encanta volver cada tanto por este blog porque siempre se refresca o se aprende algo.
Un abrazo desde Argentina.
Enhorabuena. Me ha encantado :)
Soy traductora y recuerdo a mi abuelo diciéndome exactamente lo mismo:
“Hija, con lo fácil que es llamarle al árbol “árbol” y al pan “pan”, que complicada es esa gente…”.