Ortografía, correo electrónico, chat, messenger y SMS

Los profesores se quejan de que los alumnos cometen cada vez más faltas de ortografía. Y enseguida se señala a un sospechoso: la comunicación electrónica. ¿Quién respeta las convenciones ortográficas en un correo electrónico, en un chat, en los servicios de mensajería instantánea o en los mensajes a móviles? Parece hasta anticuado entretenerse en poner acentos, haches y comas.

Después de la queja y la acusación suele venir el lamento porque los jóvenes no leen. Sin embargo, esto es doblemente injusto. Para empezar, ¿cuándo se ha leído en España o en los países de habla hispana? Parece como si ahora los jóvenes fueran los culpables de un problema que arrastramos de antiguo. Y para continuar resulta que esta es la generación que más lee y escribe de la historia de la humanidad, solo que leen y escriben peor y más deprisa -dicen unos- o simplemente de otra forma -dicen otros-. En la comunicación electrónica se desdibujan las fronteras entre lengua oral y lengua escrita. El medio es escrito pero la rapidez, la espontaneidad, la falta de planificación son propias de lo oral.

La memoria visual es fundamental para fijar la escritura. El ver una y otra vez una palabra escrita correctamente ayuda a que su forma se grabe en la mente. Esto, unido al refuerzo que supone el escribirla correctamente, contribuye al aprendizaje ortográfico.

Lógicamente, si leemos y escribimos con incorrecciones y, sobre todo, si esto se convierte en un hábito, es muy difícil que retengamos la imagen correcta. Si esto te da igual, no hace falta que sigas leyendo, pero si la ortografía te parece importante te voy a dar un consejo:

No escribas nunca con faltas de ortografía

Nunca, de verdad. Aunque sea un correo electrónico, aunque vayas con prisa, aunque estés ligando en el messenger y no tengas tiempo para diccionarios, aunque estés dándole a la tecla del móvil… Al final no sabrás si burro es con be o con uve.

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Tampoco estaría de más pedir que no nos envíen mensajes con faltas de ortografía. Es una cuestión de higiene ortográfica.