El lunes es el día de la Luna.
En latín clásico, este día se llamaba dies lunae, pero la forma popular era dies lunis por analogía con dies martis (‘martes‘), dies jovis (‘jueves‘) y dies veneris (‘viernes‘). Para abreviar, se podía decir simplemente lunis. De ahí viene nuestro nombre actual. La evolución, por tanto, es esta:
Dies lunae > dies lunis > lunis > lunes
En Roma, los días de la semana se nombraban por los astros. En castellano esta relación solo se mantiene desde el punto de vista etimológico. Los nombres se han convencionalizado y desmotivado: la palabra lunes no remite a la Luna sino solamente al día de la semana. En el caso del sábado y el domingo, ni siquiera se mantiene la relación etimológica porque el cristianismo la ha borrado al sustituir los antiguos nombres latinos por otros nuevos.