Mayo viene del latín maius. Era el mes de Maya (¡no la abeja sino la diosa!).
Hay dos Mayas diferentes, la griega y la romana, que acabaron confluyendo. La Maya griega era hija de Atlas, el gigante condenado a sostener el mundo sobre sus espaldas. Era la mayor de siete hermanas: las Pléyades. Según la leyenda, era una diosa tímida y hermosa que vivía en el monte Cileno, donde concibió a Hermes de Zeus.
La Maya romana era la Bona Dea (‘Buena Diosa’). En su honor se celebraba una ceremonia en mayo de la que se sabe poco porque los ritos eran secretos. Solo podían participar mujeres. Estaba estrictamente prohibida la presencia de cualquier hombre e incluso de animales machos. Era una divinidad asociada con la fertilidad y la maternidad, lo que resulta coherente con el hecho de que se la festeje en el mes central de la primavera.
Descubre también la etimología de los otros meses del año: enero, febrero, marzo, abril, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.