Alante

Alante es una variante reducida del adverbio de lugar adelante. De las dos posibilidades solo la última está aceptada en la norma culta del español. Eso no impide que la primera esté viva y bien viva. Carlos Arniches se servía de ella en sus sainetes entre el siglo XIX y el XX dentro de su imitación estereotipada del habla popular:

(1) ¿La posá? Pues siga usté esta calle alante, tuerza usté a la derecha, vuelva usté por un callejón… [Carlos Arniches y Celso Lucio: Los secuestradores].

Esta forma no nace ayer. Haciendo una búsqueda en el CORDE (Corpus Diacrónico del Español, Real Academia Española) encontramos ya un ejemplo en un documento notarial del siglo XV:

(2) E de oy día en alante que esta carta es fecha nós los dichos Pero Pérez e María Ferrández nos partimos e quitamos del juro, e de la tenencia, e propiedat e señorío d’esta dicha viña que damos al dicho monesterio [Carta de entrega de unas posesiones, acceso: 18-11-2010].

A partir de ahí se encuentran sobrados ejemplos en todas las épocas hasta llegar a nuestros días. Y aunque no sea forma propia de la lengua culta, la licencia poética sí que le permite asomar la patita de vez en cuando, como, por ejemplo, en el teatro del mismísimo José Zorrilla en el siglo XIX:

(3) Secretos ¡ay! que jamás
se aclaran un solo instante
me vedan mirar alante
me ciegan si miro atrás [José Zorrilla: El zapatero y el rey].

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No es que Zorrilla no supiera que tenía que escribir adelante, es que no había otra manera de cuadrar un octosílabo. Incluso, en algunas situaciones comunicativas, lo correcto puede resultar poco adecuado. Imaginemos que tenemos que decirle a un niño que se ha acabado el paseo porque se vuelve a casa castigado. ¿Qué preferiríamos? ¿Camina para adelante o Tira p’alante? Yo tengo muy claro cómo me regañaba a mí mi padre y cómo tendría que regañar yo a mis hijos.

¿Significa todo esto que alante debería entrar finalmente en el diccionario con todos los parabienes académicos? Depende. Es sabido que el proceso de normativización de cualquier lengua supone la reducción del número de variantes. No es alante el único damnificado en este proceso. Ejemplos análogos los brindan la preposición para y su forma abreviada pa o la reducción del conjunto de variantes del adverbio de modo así/ansí/asín/asina/ansina: todas ellas están presentes en el español clásico y, aún hoy, en variedades regionales; pero nos hemos quedado tan solo con así como estándar.

Quizás todo se reduzca a que hemos de dominar una variedad de registros suficiente como para saber que si estoy dando una conferencia debo decir adelante, pero que, en cambio, si estoy tomando unas cervezas con los amigos puede ser más adecuado (que no más correcto) emplear alante. Unas zapatillas de andar por casa pueden ser muy cómodas para eso, para andar por casa, pero pueden estar fuera de lugar en el trabajo. Aunque, por otra parte, la sociedad tiende a una mayor informalidad en la ropa, en el trato y en la lengua. Entonces, quizás sería cuestión de que nos pusiéramos de acuerdo para ser informales hasta las últimas consecuencias.

Mientras tanto, la forma normativa es adelante; y alante queda para andar por casa.

3 comentarios en “Alante”

  1. Este enfoque descriptivo es mucho más comprensivo, a mí también me ha gustado más. Con respecto a la forma alante, la encontramos formando parte de locuciones muy frescas como echao p’alante que no me llego a imaginar construídas de acuerdo a la norma sin caer en la afectación más absoluta.

  2. Como dices en tu artículo, las formas “alante” y “p’alante” tienen un valor expresivo muy importante (al menos en España). En una de las últimas entrevistas a María Matute (académica de la RAE y Premio Cervantes), decía: Cuando llega el desánimo siempre me digo “p’alante Matute, no para adelante, no, p’alante Matute”.

  3. Acá en la zona norte de Colombia, la expresión “alante” como forma informal de “delante” y “adelante” así como “delante de” está muy extendido, de hecho en muchas canciones de ritmos propios del país hay muestran de la extensión de esta palabra. En mi ciudad(Barranquilla), la expresión es común en el ámbito informal.

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