Cuando se utiliza correctamente, la expresión a expensas de significa ‘a costa de’, como en este ejemplo, tomado de un diario estadounidense en lengua española:
(1) Los miembros del personal siguen cenando […] a expensas de la compañía en restaurantes de alto nivel [El Nuevo Herald, acceso: 26-2-2013].
Lo que nos quiere decir el autor del ejemplo es que quien paga la cena es la compañía (y además lo dice bien).
En cambio, a expensas de no significa ‘a falta de’ o ‘a la espera de’, por lo que hemos de considerar que se ha hecho un uso impropio en el siguiente ejemplo, adaptado de un texto periodístico:
(2) A partir de ahí, dice estar a expensas de tener el informe del interventor para convocar el pleno.
Podemos solucionar el problema de (2) recurriendo a cualquiera de las dos expresiones mencionadas arriba:
(3) Dice estar a falta del informe para convocar el pleno.
(4) Dice estar a la espera del informe para convocar el pleno.
Como vemos en (3) y (4), también nos podemos librar del verbo tener, con lo que obtenemos una expresión más económica que concentra la atención sobre lo esencial.
Estar a expensas de tampoco significa ‘depender de’, que es el valor que se le atribuye incorrectamente en esta oración, también adaptada de un diario:
(5) El presidente del club afirmó que está a expensas de que le pague el ayuntamiento parte de la deuda para no desaparecer.
Nuevamente, es fácil subsanar el problema utilizando la alternativa propuesta:
(6) Afirmó que depende de que le pague el ayuntamiento parte de la deuda para no desaparecer.
Usos como los de (2) y (5) dan indicios de un deficiente conocimiento del léxico y a veces, incluso, de un deseo de realzar el discurso echando mano de formas que comprendemos solo a medias, pero que nos suenan importantes.