La dirección de correo electrónico

No solemos prestarle demasiada atención a la forma de nuestra dirección de correo electrónico. Craso error. Esa dirección forma parte de tu identidad en Internet y fuera de Internet, por lo que contribuye de manera sustancial a la percepción que tienen de ti los demás.

Antes de continuar con la exposición, conviene tener claro que hay dos tipos diferentes de direcciones que plantean exigencias diferenciadas. No es lo mismo una dirección de uso privado que una dirección de uso profesional.

En el correo privado los márgenes de tolerancia son amplios. Nuestra dirección puede ser tranquilamente algo así:

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(1) chamakito23@dominio.com

(2) pitimini@direccion.com

Todo depende del gusto de cada cual y así es como debe ser. No obstante, no son aceptables direcciones que contengan expresiones groseras o malsonantes. Y en ningún caso podemos utilizar expresiones sexistas, racistas o que inciten al odio en cualquier forma.

Si la dirección se utiliza con fines profesionales, la cosa se pone más seria. Tiene que permitir identificar fácilmente a la persona que escribe y debemos evitar direcciones como las de (1) y (2). El formato ideal es nombre y apellido, por ejemplo:

(3) migueldecervantes@quijote.lm

El segundo mejor está formado por la inicial del nombre seguida del primer apellido:

(4) mcervantes@quijote.lm

El que aparezcan puntos, guiones o se escriba todo junto es secundario. Tan válido es el formato de (3) como este otro:

(5) miguel.de.cervantes@quijote.lm

Quien trabaja para una organización depende un poco de las normas y costumbres de la casa a la hora de asignar direcciones. Sin embargo, suele haber un margen de flexibilidad. Mi experiencia es que el servicio de informática atiende cualquier petición razonable en este sentido. El momento ideal para expresar tus preferencias es justo cuando acabas de llegar a una nueva empresa o institución y te están generando un nombre de usuario.

Si tienes tu propio negocio y has adquirido un dominio para tu página web, deberías plantearte seriamente el que tu dirección electrónica vaya asociada a tu dominio. Supongamos que la web de tu empresa está localizable en esta dirección:

(6) www.midominio.com

En ese caso, la dirección de correo electrónico debería ser algo así:

(7) nombre@midominio.com

Si te preocupa la parte técnica, no sufras: es más fácil de lo que piensas.

Un caso especial es el de la dirección que utilizamos para solicitar un trabajo. Ahí sí que no podemos permitirnos ninguna tontería. Tiene que transmitir una sensación de seriedad y profesionalidad. Lo mejor: nombre y apellido. Si no tienes una dirección adecuada, créala. Y si no me crees, pon en tu solicitud como dirección de contacto eltiolabola@pitorreo.es. Después nos cuentas el resultado.

Por último, te recomiendo que mantengas direcciones separadas para uso personal y profesional. De esa forma, evitamos que se mezcle lo que no siempre conviene mezclar.