La palabra sargenta puede significar varias cosas en español. En la lengua actual se usa sobre todo con el significado de ‘mujer mandona’. Esta acepción es propia del lenguaje coloquial y está cargada de tintes claramente despectivos. Veamos un ejemplo:
(1) […] la bisabuela Carmen lo que necesitaba era compañía, pero compañía de verdad, no la de aquella sargenta cacatúa que quería mangonearlo todo […] [Eduardo Mendicutti: El palomo cojo].
En usos antiguos y populares tenía el significado de ‘mujer del sargento’. Era, por tanto, uno de esos femeninos de nombres de profesión que habían adquirido el significado de ‘esposa de‘. El ejemplo siguiente da testimonio de ello:
(2) […] en los tiempos de Barcelona, cuando Robles era mi sargento, a su legítima la llamaban la Sargenta […] [Lorenzo Silva: La marca del meridiano].
Esta acepción ya prácticamente ha caído en desuso, aunque todavía se pueden encontrar casos esporádicos como el del ejemplo (2), que tiene una intención humorística.
No debemos utilizar la forma sargenta con el significado de ‘mujer que tiene el grado de sargento en el ejército’. Para el femenino de los grados del ejército ya se ha llegado a una solución unificada que consiste en utilizar la forma masculina cambiando el artículo al femenino:
(3) Me recibía en un despacho una sargento de uniforme, guapa, fría y esforzadamente profesional [Javier Cercas: La velocidad de la luz].
De esta manera, lo que era un nombre masculino se convierte en común en cuanto al género.
La palabra sargenta nos permite apreciar cómo los usos del vocabulario se van modificando a medida que cambia la sociedad.