La expresión latina deus ex machina significa ‘un dios desde una máquina’, aunque podríamos traducirla como ‘un dios que baja en grúa’. Esta era la solución que aplicaban los dramaturgos griegos y romanos cuando el argumento de una obra se complicaba y no sabían cómo terminar: se sacaba a escena a un dios que descendía desde las alturas con una polea y ponía a todo el mundo en su sitio.
Esta expresión se sigue utilizando en nuestros días con este mismo significado en el vocabulario literario y cinematográfico. El dios no tiene que ser una divinidad necesariamente. Puede ser un acontecimiento fortuito o un personaje que aparece repentinamente. El caso es que permita al autor salir de un atolladero en el que se ha metido él y en el que ha metido a sus personajes. Se considera, eso sí, una solución un tanto chapucera. Este uso actualizado es el que se describe en este texto de 2013:
Cuando el final se resuelve gracias a la intervención de un personaje desconocido hasta entonces o debido al cambio repentino de carácter de uno de los protagonistas o por un acontecimiento inesperado como un cataclismo, se dice que el guionista está utilizando un deus ex machina. Es lo que en lenguaje corriente se diría: “sacarse un as de la manga” o “un conejo de la chistera” [Daniel Tubau: Las paradojas del guionista].
Además, en la lengua general, la expresión deus ex machina ha adquirido otro significado. Un deus ex machina es una persona o un acontecimiento que de pronto proporciona una solución a algún problema o dificultad que se nos había planteado. Veamos un texto periodístico que ilustra este uso:
El próximo congreso en Valencia será la primera ocasión en la que el Partido Popular tenga que rendir cuentas ante sí mismo y asumir sin excusas sus propias responsabilidades. A diferencia de lo que ocurrió en el pasado, ahora no habrá ningún deus ex machina que, adoptando la figura de Manuel Fraga o de José María Aznar, revele a los militantes el nombre de su futuro presidente [El País (España): 21-4-2008].
Antes de terminar quiero dar unas breves notas de uso. Fíjate en que se escribe en cursiva, como todas las expresiones latinas, y en que deus va en minúscula porque es un dios cualquiera entre muchos, como corresponde a las divinidades grecorromanas. Su pronunciación es [déus eks mákina]. Sí, machina se pronuncia exactamente igual que la palabra a la que ha dado lugar en nuestra lengua: máquina. Su plural es los deus ex machina, aunque hay que reconocer que es poco usado.
Pues bien, con esto que te he contado deberías estar en condiciones de emplear con fundamento esta vieja expresión latina.