Los verbos hojear y ojear tienen significados que están relacionados hasta cierto punto, pero que no son exactamente iguales.
Hojear (con hache) viene de hoja. Significa ‘pasar las hojas de un libro, una revista, una libreta, etc., sin prestar demasiada atención’. Ese es el sentido que tiene en el siguiente ejemplo:
(1) Con él en la mano deambulé curioseando los anaqueles y me puse a hojear un libro bellísimo titulado algo así como Tratado de las plantas del mundo, pero en latín, Tractatus no sé qué [Alfonso Mateo-Sagasta: Ladrones de tinta].
Para que podamos hojear algo, tiene que haber varias hojas. Por tanto, es incorrecto decir o escribir Hojeé la portada del libro. Además, tenemos que referirnos a la acción de pasar hojas. No basta con que miremos o leamos superficialmente algo. Por eso debemos evitar expresiones como la siguiente: Estaba hojeando los titulares del periódico. Podemos hojear un periódico impreso, pero el mero hecho de mirar por encima los titulares no implica que estemos pasando las hojas. En los dos casos anteriores, lo que necesitamos es el verbo ojear:
(2) Ojeé la portada del libro.
(3) Estaba ojeando los titulares del periódico.
El verbo ojear viene de ojo. Significa ‘mirar algo por encima, sin prestar mucha atención’. Este significado está muy relacionado con el anterior, pero es más general. Le falta la noción de que lo que se observa son específicamente hojas. Por tanto, sus posibilidades de uso serán más amplias. Veamos un ejemplo correcto:
(4) Esta leyenda, difundida por la propia mafia, la conocí ojeando en YouTube vídeos de Roberto Saviano, autor de Gomorra [Clara Peñalver: El juego de los cementerios].
La autora del ejemplo (4) nos está dando a entender que está mirando vídeos por encima, sin verlos completos o, por lo menos, sin hacerles mucho caso.
Casi siempre, el verbo hojear se podrá sustituir por ojear. Habrá un pequeño cambio de significado porque perderemos la noción de ‘hoja’, pero el resultado será aceptable y estaremos diciendo algo bastante parecido, aunque no idéntico. Haz la prueba con el ejemplo (1).
Será más complicado el cambio contrario (de ojear a hojear). Solo resultará aceptable si estamos hablando de pasar hojas. Si intentas hacer la sustitución en el ejemplo (2), te darás cuenta de que no hay manera, por la sencilla razón de que no hay hojas ni nada que se les parezca.
Además, en el mundo actual de publicaciones digitales, se van reduciendo las posibilidades de emplear el verbo hojear. Es imposible cuando hablamos de páginas web porque estas se presentan como un continuo por el que vamos descendiendo (son la versión digital de los antiguos rollos de papiro). En cambio, sí podríamos hablar de hojear con un libro electrónico que imite la experiencia de pasar páginas propia de los libros impresos.
En fin, hojear y ojear son verbos que están cercanos por su ortografía y su significado. En muchos contextos son intercambiables, aunque se produzca una pequeña alteración del significado. La aparición de Internet ha reducido las posibilidades de emplear el verbo hojear, por lo que casi siempre tendremos que conformarnos con ojear (sin hache y sin perrito que le ladre).