Cómo ser el mejor escritor de blogs del mundo

El camino más directo para que tu mensaje se difunda en Internet es ser el mejor. Si esto te parece osado, sigue leyendo. Voy a explorar contigo las vías que tienes a tu disposición para ser el mejor.

Ser el mejor, sí, pero ¿en qué?

¿Podrías ser la mejor bloguera del mundo? Difícil, difícil… ¿Podrías ser la mejor bloguera del mundo en lengua española? Sigue estando complicado. ¿Te ves en condiciones de crear el mejor blog de literatura del mundo escrito en español? El nivel sigue estando alto, pero ya va habiendo posibilidades. ¿Y qué me dices del mejor blog de literatura infantil escrito en español? A lo mejor por ahí empezamos a ver la luz.

De lo que se trata es de encontrar una parcela donde no tengas rival. Hay una forma de hacerlo que te garantiza el fracaso y otra que no te garantiza nada. La forma que no lleva a ninguna parte es preguntarte qué le puede gustar a la gente o, peor todavía, con qué puedes ganar dinero. Si lo haces así, te acabarás quemando y no llegarás a ninguna parte.

La forma que no te lleva de cabeza al fracaso, aunque tampoco te garantiza nada, insisto, consiste en preguntarte qué es lo que te gusta a ti o, más que eso, qué hace latir tu corazón, a qué te puedes dedicar horas y horas sin sentir cansancio, qué es lo que verdaderamente te apasiona en esta vida. Si tienes un tema así, lánzate de cabeza; lo demás vendrá por añadidura.

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Voy a poner un ejemplo concreto y real, que es la mejor forma de que se entienda esto. Hay un blog divertidísimo que se titula Yo Fui a EGB. La EGB era la Educación General Básica, el sistema de escuela primaria que estuvo en vigor en España en los años setenta y ochenta. El blog está escrito por dos amigos, Javier Ikaz y Jorge Díaz, que reviven los juegos, películas, canciones, etc., que despertaban su pasión cuando eran niños y que los unen con quienes fueron niños en este país al mismo tiempo que ellos.

Para escribir este blog no son necesarios grandes conocimientos técnicos, pero sí haber nacido en el momento adecuado. Si un mozalbete de 18 años quisiese hacerles la competencia, no sabría por dónde empezar. Por otro lado, si ellos intentasen ampliar el público atrayendo a generaciones más jóvenes, se estrellarían inmediatamente. Su público es el que es y hacen bien en concentrarse en él.

Tú tienes que dar también con tu tema, un tema específico en el que no haya nadie que te haga sombra. Puede ser la fotografía, puede ser la física nuclear, puede ser el punto de cruz, pueden ser los bailes de tu tierra… No hay temas buenos y temas malos. Hay temas con los que te puedes pasar toda la tarde trabajando y temas con los que no. Ten en cuenta, eso sí, que cuanto más general sea, más alto apuntas, por lo que la dificultad y el esfuerzo irán en proporción.

En el mundo anterior a Internet el ocuparte en exclusiva de temas muy específicos, muy minoritarios, te podía conducir rápidamente al ostracismo. Para que una publicación tuviera sentido, era necesario llegar a una masa de gente relativamente amplia. Hoy, en cambio, esa especificidad es precisamente la que te puede llevar a alguna parte. Tal como está hecho el mundo, si un tema interesa a una persona, interesará a otra, a otra y a otra; y al final todos os encontraréis en Internet.

Ser tú

Es una forma de ser el mejor. Es difícil que alguien te gane a ti jugando a ser tú.

Voy a poner un ejemplo concreto. Blogs de cocina hay muchos. Parece que a todo el mundo le ha dado por publicar recetas en Internet. Los hay de cocina mexicana, de gastronomía molecular, de cocina sin gluten… Sin embargo, no hay ninguno comparable con El Comidista. Si en algo se distingue este blog de todos los demás es en la lengua viperina de su autor, Mikel López Iturriaga, sobre todo cuando responde a las preguntas de sus lectores en la serie «Aló, Comidista»

Mikel no intenta gustar a todo el mundo. Es más, puedo imaginar que semejante explosión de personalidad le crea problemas con más de uno. Sin embargo, esa misma personalidad le lleva a conectar con otras personas y esas le adoran. Si al autor de El Comidista mañana le diese por diluir su estilo para llegar a un público más amplio, se toparía inmediatamente con el fracaso. Los que hoy no le pueden ver ni en pintura seguirían sin hacerle caso y a cambio decepcionaría al público fiel que ha ido reuniendo a lo largo de los años. Al final se vería solo o, lo que es peor, rodeado de gente a la que le da lo mismo seguir ese blog que cualquier otro.

Para decirlo de otra forma, si eres una feminista radical, no intentes meterte en el bolsillo a las monjitas del convento de Santa Clara. Déjalas con sus dulces.

Es posible que el ser tú te sirviera en su día para llevarte algún que otro soplamocos en el patio del colegio. Eso te pasaba quizás porque eras el único, pero en Internet el patio se vuelve universal y ahí ya vais siendo unos cuantos. Sal a darte una vueltecita por las ondas del imperio y verás qué poco tardáis en reuniros.

Déjate oír cuando escribas, habla con tu propia voz, deja traslucir tu personalidad: que entre las palabras que escribes se vea a la persona. Nadie va a ser mejor que tú siendo tú.

Ser el primero

Otra forma de ser el mejor es ser el primero. Esto cada vez resulta más complicado porque todo va estando muy en su punto (ya lo decía Baltasar Gracián allá por el siglo XVII y ya por aquel entonces tenía razón):

Todo está ya en su punto, y el ser persona en el mayor. Más se requiere hoy para un sabio que antiguamente para siete; y más es menester para tratar con un solo hombre en estos tiempos que con todo un pueblo en los pasados (Oráculo manual y arte de prudencia).

Si aspiras a ser el mejor por esta vía, más vale que te des prisa.

Cuando eres el primero, no hay punto de comparación. Dispondrás de un tiempo hasta que aparezca un competidor que merezca el nombre de tal. Para entonces ya habrás marcado el territorio. Quien venga detrás lo tendrá el doble de difícil: no solo tendrá que hacer frente a las dificultades inherentes a los inicios, sino que tendrá que sobrepasarte. Por el camino, todo el mundo le comparará contigo. La tentación de imitarte será fuerte. Si lo hace, te reforzará: se convertirá en la prueba palpable de que tu forma de hacer las cosas era la forma de hacer las cosas.

Es posible que las cosas se te compliquen si tu competidor se lo propone seriamente o si te salen varios; pero para entonces habrás tenido tiempo de empezar a jugar en otro terreno. Si has sido mínimamente hábil, estarás haciendo cosas mejores y más difíciles.

Lo que ya no sirve

En Internet nadie te va a leer por la cantidad de títulos académicos que acumules ni por los cargos que ejerzas ni porque alguien te señale con el dedo y diga que eres la sensación de la temporada. Te van a leer porque tienes algo que decir, porque lo dices mejor que los demás y porque eres la única persona capaz de decirlo así.

Los blogs no suelen hacerse famosos porque los escriba un catedrático de literatura, la directora general de una empresa o un ministro. Y sin embargo, sí que hay muchos libros que se convierten en éxitos instantáneos porque los ha escrito un catedrático de literatura, la directora general de una empresa o un ministro.

En la era de la imprenta ser el mejor no te garantizaba nada. En Internet se convierte en la llave de todo. La gracia está en descubrir algo en lo que ser el mejor.