¿’Encinta’ o ‘en cinta’?

Encinta es una palabra que se aplica a las mujeres embarazadas. Estar encinta, quedarse encinta es lo mismo que estar embarazada, quedarse embarazada:

(1) Apenas se entera de que la mujer está encinta, emprende la huida [Alejandro Jodorowsky: Manual de psicomagia].

En el ejemplo de arriba, encinta es un adjetivo que funciona como atributo de una oración copulativa con el verbo estar.

Como buen adjetivo, admite un plural encintas, como el que nos muestra el siguiente ejemplo.

(2) Ya el artículo 16 nos adelanta que las mujeres encintas serán objeto de particular protección y respeto [José Antonio Pastor Ridruejo: La protección a la población civil en tiempo de guerra].

Sin embargo, también puede mantenerse invariable en plural. Esta vez, el ejemplo nos lo va a proporcionar nada menos que el gran escritor peruano Ricardo Palma:

(3) Generalizada creencia era entre nuestros abuelos que a las mujeres encinta debía complacérselas en sus más extravagantes caprichos [Ricardo Palma: Tradiciones limeñas].

Las Academias de la Lengua aprueban sin reparos este uso, que resulta muy frecuente.

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Encinta, en el sentido de ’embarazada’, se escribe siempre en una sola palabra. Hay quienes lo dividen incorrectamente en dos por un fenómeno de etimología popular: creen reconocer en su interior la palabra cinta y de ahí viene la confusión.

Ya Isidoro de Sevilla, allá por el siglo VII, estaba convencido de que el adjetivo latino incincta contenía la raíz de cinctus (‘cinturón’). Así es como nos lo explica en sus Etimologías:

Incincta, id est sine cinctu; quia praecingi fortiter uterus non permittit.
Encinta, es decir, sin cinto; porque la tripa no le permite ir apretada [Isidoro de Sevilla: Etimologías, libro X].

Sin embargo, para el Diccionario de la lengua española, el origen más probable está en el participio de presente latino inciens, incientis, que significaba ’embarazada’ (más específicamente, la que está ya a punto de dar a luz). Según esto, el venerable Isidoro también se dejó arrastrar por los encantos de la etimología popular.

El adjetivo encinta solo se utiliza en femenino, pero esto tiene que ver con cómo es el mundo y no con ninguna propiedad especial de la gramática ni del vocabulario. Da la casualidad (enorme casualidad) de que solo las mujeres se pueden quedar embarazadas en la realidad en que vivimos. En mundos futuros o en universos alternativos no hay que descartar la posibilidad de que se pueda llegar a utilizar el masculino encinto (lo que no sé es si esto llegaré yo a verlo).

Por último, la secuencia en cinta es ni más ni menos que la combinación de la preposición en y el sustantivo cinta:

(4) A continuación, añadieron 1 769 kg de queso y la pizza recorrió 2 133 m en cinta transportadora por los tres hornos utilizados para cocinarla [Infobae (Argentina), 9-12-2018].

El ejemplo (4) describe una pizza que encargué yo el fin de semana pasado (no, es broma).

Recuerda: si hablas de mujeres embarazadas, es encinta, en una sola palabra.