Tipos de leísmo

Dentro del leísmo podemos diferenciar dos grandes tipos:

  • leísmo de persona
  • leísmo de cosa

El leísmo de persona es más frecuente que el de cosa. Y no solo eso: la norma lo admite en ciertos casos tasados y contados. Por su parte, el leísmo de cosa es menos frecuente y está más desprestigiado.

La clasificación inicial necesitamos afinarla un poco. Estos son los cuatro tipos con los que vamos a trabajar de aquí en adelante:

  • leísmo de persona masculino singular
  • leísmo de persona masculino plural
  • leísmo de persona femenino
  • leísmo de cosa

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Leísmo de persona masculino singular

De los cuatro tipos de leísmo, la norma solamente acepta este. Está totalmente normalizado en la lengua culta de España. Lo encontrarás en infinidad de escritores de mi país. Si forma parte de tu manera de hablar, lo puedes utilizar con toda la tranquilidad del mundo: cuentas con los parabienes académicos y con el respaldo de la literatura, los medios de comunicación, los libros de texto… Te doy un ejemplo de Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta):

(1) Esto leía el pobre Pere cuando le mataron.

En el ejemplo, el pronombre le es el complemento directo del verbo matar. Nos hallamos ante un caso claro de leísmo. Sin embargo, la norma lo acepta porque ese pronombre se refiere a un hombre (Pere).

Este tipo de leísmo es más frecuente en España, pero se documenta incluso en la lengua culta y literaria de América (a veces, por influencia del español de España).

Aquí se acaban las buenas noticias. Vamos a internarnos en el territorio de los tipos de leísmo condenados por la norma.

Leísmo de persona masculino plural

Ya ha quedado claro que las academias de la lengua aceptan sin problema el leísmo de persona masculino singular. Sin embargo, no extienden esta licencia al plural. El siguiente ejemplo es incorrecto aunque el pronombre les se refiere a un grupo de hombres:

(3) Los jugadores bajaron del avión mientras el público les recibía con aplausos.

Este segundo tipo de leísmo es menos frecuente. Lo es en la lengua actual y lo ha sido también históricamente. Si a ti te resulta natural decir les en ese contexto, necesitas corregirlo cuanto antes. Son errores que te quitan credibilidad y devalúan tu mensaje.

Leísmo de persona femenino

El leísmo de persona femenino se considera incorrecto tanto en singular como en plural. Es menos frecuente que los anteriores. Históricamente, su origen está en el contacto entre el castellano y el euskera.

El leísmo femenino ha existido tradicionalmente en el País Vasco. También se extiende a territorios limítrofes que hoy están completamente castellanizados, pero en los que se habló euskera en el pasado. Se documenta a veces en escritores vascos. El Diccionario panhispánico de dudas cita el siguiente ejemplo de Rafael Sánchez Mazas (La nueva vida de Pedrito de Andía):

(5) Si no por Isabel, vaya si me echo novia allí, que le conocí a una tal Rosita, sobrina de un cura, como para volverle loco a cualquiera.

En el ejemplo, el pronombre le es el complemento directo del verbo conocer. Se refiere a una mujer: Rosita. Por tanto, es un ejemplo claro de leísmo de persona femenino.

Hoy día, el leísmo de persona femenino tiene una nueva fuente en hablantes laístas que incurren en leísmo por ultracorrección. Estos hablantes acaban adquiriendo una conciencia difusa de que el pronombre la «está mal». Por eso, lo evitan siempre (incluso, cuando es obligatorio). Huyendo de la sartén, van a dar en las brasas. Hablaremos del laísmo cuando lleguemos a los pronombres de complemento indirecto. De momento, vamos a examinar el cuarto y último tipo de leísmo.

Leísmo de cosa

De todos los tipos de leísmo, el de cosa es el más desprestigiado. Se percibe como decididamente vulgar. Te muestro un ejemplo:

(7) Se quitó el sombrero y le dejó encima del piano.

En el ejemplo, el pronombre le es el complemento directo del verbo dejar. Se refiere al sombrero. Este tipo de leísmo no es presentable en sociedad. No puedes permitirte hablar así y, mucho menos, escribir.

El leísmo de cosa también se da en plural. Es igualmente incorrecto.

Con esto completamos el panorama general del leísmo. Sin embargo, existen casos especiales que son frecuentes incluso en territorios y hablantes que, por lo demás, no son leístas. Estos requieren un artículo independiente.

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