Escribo este artículo porque estoy entusiasmado. A mí me encantan las palabras. Soy un enamorado del vocabulario. Desde hacía años tenía unas ganas locas de impartir un curso en el que pudiera dedicarme a enseñar cómo utilizar el vocabulario para escribir mejor. Ahora, por fin, tengo esa oportunidad. Aprovecho para compartir contigo algunas claves y reflexiones. Te van a poner sobre la pista de lo que necesitas para afinar tu uso del vocabulario.
- ¿Qué es estudiar el uso del vocabulario?
- ¿Para qué sirve estudiar el vocabulario de manera práctica y aplicada?
- Vocabulario frente a gramática en la lengua materna
- Nadie ha nacido enseñado
- El vocabulario en el aprendizaje de lenguas extranjeras
- ¿Quién necesita aprender a manejar el vocabulario?
- Mereces escribir bien
¿Qué es estudiar el uso del vocabulario?
En primer lugar, déjame que te aclare qué es y qué no es estudiar el uso del vocabulario. Lo que no sirve es estudiar un puñado de conceptos abstractos. Una cosa que me molesta en cursos de lengua que ofrecen a veces personas con más o menos cualificación es que se quedan en la teoría. Estudiar el vocabulario es importante, pero yo me refiero a un estudio aplicado, orientado a la práctica. Lo importante es dar claves para escribir. Yo me guío por el siguiente criterio:
Si te ayuda a escribir mejor, tiene que estar ahí. Si no, debe desaparecer.
Ese es el criterio. Esa es la estrella polar.
¿Para qué sirve estudiar el vocabulario de manera práctica y aplicada?
Las palabras son los ladrillos con los que se construyen los textos. Si las escoges bien, levantarás un edificio sólido, armonioso y atractivo. Para ello, es necesario adquirir previamente unos conocimientos. De lo contrario, lo que vas a manejar son materiales de aluvión. Lamentablemente, cada vez me encuentro más textos que son construcciones improvisadas que amenazan con venirse abajo.
Sé que la tarea no es fácil. Muchas personas creen que la parte más complicada de una lengua es la gramática. Sin embargo, la principal dificultad está en dominar el vocabulario. Eso es así en tu lengua materna y también en cualquier lengua extranjera que quieras aprender.
Vocabulario frente a gramática en la lengua materna
En el caso de la lengua materna, adquirimos la gramática durante los primeros años de la vida. Como adultos, nos limitamos a darle retoques. Entiéndeme bien: esos pequeños arreglos son importantes. Marcan la diferencia entre expresarse de manera correcta y cometer errores que minan tu credibilidad. Sin embargo, nos movemos en un nivel de detalle. Perfeccionamos lo que sabemos, pero ya hemos dejado atrás la adquisición de estructuras radicalmente nuevas. Si tú quieres perfeccionar tu gramática, en el Blog de Lengua vas a encontrar artículos y más artículos para hacerlo. Están ahí para que los aproveches.
Esa es la situación con la gramática, pero ¿qué pasa con el vocabulario? La tarea de aprender el vocabulario se prolonga durante toda la vida. Yo encuentro palabras nuevas a diario. En cuanto me pongo a leer el periódico o una novela, empiezo a toparme con términos desconocidos. Cualquier persona aficionada a leer comparte esta experiencia. Por eso, los diccionarios reciben tantas consultas. Pero no solamente incorporo unidades nuevas a mi diccionario mental. Constantemente descubro nuevas acepciones de palabras que ya conocía.
Por ejemplo, hace poco descubrí algo muy hermoso. A mí estos descubrimientos siempre me emocionan. Resulta que el adjetivo “prolijo” tiene usos diferentes según los países. Lo dejo ahí para que indagues.
También, a base de leer y de estudiar, voy entendiendo mejor cómo se combinan unas palabras con otras. Cada dos por tres acudo al diccionario para comprobar el régimen de construcción de los verbos e, incluso, de sustantivos y adjetivos. Me planteo preguntas de este tipo: “Este verbo ¿se construye con la preposición “en, de”, sin preposición o cómo se construye?”.
Estoy agradecido a mis maestros porque me hicieron un gran favor cuando era niño. Me proporcionaron una base sólida de gramática, sobre todo, de gramática normativa. Eso me permitía (y me permite) expresarme de manera presentable en sociedad. Eso me dio la llave éxito en mis estudios. El sistema educativo de aquella época y, en gran medida, también el de esta, consistía en dos actividades fundamentalmente:
- leer textos para aprender
- escribir textos para demostrar que has aprendido
Los conocimientos de gramática que me regalaron mis maestros me abrieron las puertas de la educación y de la vida profesional.
Por el lado de la gramática, el sistema educativo funcionó muy bien para mí. Sin embargo, yo salí de allí sin saber lo siguiente:
- cómo seleccionar las palabras para escribir
- cómo combinarlas unas con otras de acuerdo con sus afinidades particulares
- cómo diferenciar palabras que funcionan en situaciones formales, pero que resultan ridículas en una conversación con amigos (y al revés)
- cómo escoger la palabra que provoca el máximo efecto
- cómo dar con la palabra que ayuda al lector a entender mi texto
Nadie ha nacido enseñado
Si te sientes desorientado ante tantas opciones, he de decirte que es normal. Todas esas elecciones se rigen por principios que es necesario aprender formalmente. No es algo que puedas llegar a dominar por pura intuición.
A nadie se le exige que sepa tocar el clarinete sin pasar previamente por unas clases. Sin embargo, en cuanto nos ponemos a escribir, se espera de nosotros que manejemos con destreza las teclas y resortes del vocabulario aunque nadie nos haya dado la oportunidad de aprender y practicar de manera ordenada y guiada.
Créeme. Yo he pasado por ahí y sé lo que me digo. Yo sé lo que es redactar textos impecables desde el punto de vista gramatical y ortográfico, pero que resultan blandengues, sin gancho, inadecuados a una situación o a un público concretos… Esos eran mis primeros textos. Lo que necesitaba era simplemente aprender un puñado de principios generales y aplicarlos a mis textos. En cuanto lo hice, di con la clave para emocionar, deleitar, interesar, precisar, insinuar…
Yo no tengo ningún don especial para encontrar la palabra justa. Simplemente, he recibido más horas de formación y he pasado más tiempo escribiendo. Si yo aprendí, tú también lo puedes hacer. Está al alcance de tu mano. Se trata de que tomes la decisión.
El vocabulario en el aprendizaje de lenguas extranjeras
Lo que te acabo de exponer también se aplica a las lenguas extranjeras. El aprendizaje del vocabulario es la tarea más ardua con diferencia si tú quieres dominar el inglés, el alemán o el chino mandarín. Eso se explica por la cantidad ingente de datos que nos obliga a acumular en el cerebro. Déjame que comparta una anécdota personal.
Mi primer trabajo como profesor lo conseguí en la República Checa nada más terminar la carrera de Filología Hispánica. En aquella época, los supermercados eran caros en aquel país. Traía más cuenta hacer la compra en tiendecitas de las de toda la vida. Para eso hacía falta hablar con la dueña.
Uno de mis primeros descubrimientos fue que la palabra fruta es inútil en una frutería, igual que la palabra pan lo es en la panadería o carne en la carnicería. Para entenderte con la frutera del barrio, necesitas aprender manzana, pera, uva… o, mejor todavía, manzana reineta, pera conferencia y uva moscatel. Si quieres, haz la prueba. Mañana te acercas a la carnicería de tu barrio y le dices al carnicero que quieres un kilo de carne. A ver qué te contesta.
¿Quién necesita aprender a manejar el vocabulario?
Aprender a utilizar el vocabulario es necesario para todo el mundo, pero te va a interesar especialmente si te reconoces en alguno de estos perfiles:
- Eres un escritor que quiere publicar un libro.
- Eres un corrector que mejora los textos de los demás.
- Eres un traductor que tiende puentes entre idiomas.
- Eres un periodista que escribe para informar.
- Eres un profesional o empresario que encuentra clientes gracias a su página web.
- Eres un técnico o experto que elabora informes y proyectos.
- Eres un abogado que redacta documentos para sus clientes y se comunica con ellos por escrito.
- Eres una persona que publica en redes sociales.
- En general, eres una persona que necesita escribir por cualquier motivo.
Si te has visto reflejado ahí, me siento en la obligación de decirte que los errores de vocabulario te están saliendo caros. Te están costando lectores, clientes, seguidores… No te lo puedes permitir.
Mereces escribir bien
La buena noticia es que esto no tiene por qué ser así. Escribir es una habilidad que puedes aprender. Tú mereces escribir bien. Yo te quiero ayudar. En el Blog de Lengua tienes cientos de artículos sobre uso del vocabulario que te están esperando. Están esperando a que decidas ponerte en marcha, dar el paso para mejorar. Búscalos y ponte ahora mismo a estudiarlos. Ponte ya manos a la obra.
El Blog de Lengua es mi propuesta gratuita para difundir el conocimiento lingüístico. Además, imparto el curso “El punto sobre la i” para quien desea acceder a una formación con atención personal. El módulo Cómo Usar el Vocabulario para Escribir Mejor está incluido en el curso. Matricúlate ya para escribir mejor: