En España, cuando hablamos de académicos, tradicionalmente nos referimos a los miembros de las Reales Academias. Este término se asocia sobre todo con los miembros de la Real Academia Española, que es la encargada de velar por el idioma; pero también se aplica a los pertenecientes a las otras corporaciones, como la Real Academia de la Historia o la Real Academia Nacional de Medicina.
Sin embargo, en los últimos años va avanzando otro uso de la palabra por influencia del inglés. En esta lengua academic significa ‘profesor universitario’, por lo que fácilmente se desliza el falso amigo académico en traducciones apresuradas o descuidadas. He aquí un ejemplo:
(1) Como la rueda, el alfabeto y la fermentación del vino, los fondos de cobertura nos hicieron levantar la ceja a los académicos [El País (España), 16-9-2007].
El ejemplo anterior está tomado de un artículo de Paul A. Samuelson, premio Nobel de economía y catedrático del MIT. El artículo original estaba escrito en inglés, y se debería haber traducido los profesores universitarios o, quizá, los miembros del mundo académico, expresión que sí se interpreta como referida a los universitarios.
Este uso va extendiéndose y ya no solo se encuentra en traducciones sino también en textos redactados directamente en español. Esto fue lo que ocurrió en este titular de noticia:
(2) La Caixa ‘ficha’ a diez académicos para su Servicio de Estudios [Abc (España), 4-10-2005].
Cuando continuamos leyendo, descubrimos que se trata de catedráticos de universidad y, por tanto, del sentido anglizante de académico.
Habrá que ver si con el tiempo esta nueva acepción triunfa o si no pasa de ser una moda pasajera.