Los hablantes de español de América muchas veces se sorprenden cuando oyen decir esto en España:
(1) Voy a por el pan.
La combinación de preposiciones a por es una particularidad del español de España. La inmensa mayoría de los hablantes dirían simplemente esto otro:
(2) Voy por el pan.
Esta combinación estuvo condenada tradicionalmente por la norma pero hoy se considera ya correcta en el uso peninsular. Permite a quienes la utilizan expresar algunas diferencias de significado:
(3) Voy a la universidad a por mis hijos (= ‘voy a recogerlos’).
(4) Voy a la universidad por mis hijos (= ‘voy porque se han empeñado’).
El combinar preposiciones no tiene en sí nada de malo. Estos son algunos pares que se han considerado correctos tradicionalmente:
(5) Hemos de tener respeto para con los mayores.
(6) Salieron todos corriendo tras de la pantera.
E incluso se pueden agrupar tres. Véase, si no, este ejemplo clásico:
(7) Salió de por entre los árboles.
El acumular preposiciones tampoco es algo nuevo. Históricamente, algunas de nuestras preposiciones actuales surgen de la amalgama de preposiciones latinas:
(8) para < per ad (compárese el catalán per a)
(9) desde < de ex de
En resumen, que puedes ir tranquilamente a por el pan, a por tus hijos y a por lo que te parezca. No le des más vueltas.