Škoda es probablemente la empresa checa más famosa. La marca es simplemente el apellido del ingeniero Emil Škoda, que la fundó allá por mediados del siglo XIX.
Hasta aquí todo es muy normal: yo creo una empresa y le pongo mi nombre. Pero es que el apellido de este señor tenía su significado. Škoda en checo quiere decir ‘lástima’ y se suele utilizar como exclamación. Donde nosotros diríamos ¡Qué pena! o ¡Qué lástima!, un checo lanza un resignado Škoda! y así se le hace más llevadero su sufrimiento.
Por cierto, la ese con el ganchito se pronuncia con el mismo sonido que la secuencia sh del inglés (she) o la combinación de letras ch del francés (chez).
Pues ya sabes, la próxima vez que quieras lamentarte de algo, lo puedes hacer en checo.
Por cierto, Škoda no es sólo palabra propia del checo, sino de otras lenguas eslavas también, como ruso, bielorruso, ucraniano, polaco, donde significa “daño”, “persona que hace daño”. Dado que en estos países la marca se vende también, se le añade sin proponerlo un significado diferente. :-)