La Ortografía de 2010 es muy partidaria de unir todo lo que se pueda. Por eso, nos anima a fusionar secuencias que tradicionalmente se mantenían separadas. Esto afecta a los nombres propios. Hay que diferenciar aquí el tratamiento que se propone para los nombres propios de persona y para los de lugar.
Vídeo
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Lección
Los nombres propios de persona se conocen técnicamente como antropónimos.
Nuestros queridos académicos nos sugieren que escribamos en una sola palabra una buena parte de los nombres de pila compuestos. El nombre de pila es el que te dan tus padres libremente cuando naces (frente a los apellidos, que son fijos para todos los miembros de la familia).
Tradicionalmente, los nombres de pila compuestos se escriben manteniendo la independencia gráfica de cada palabra, por ejemplo:
(1) Rosa María
(2) Juan Carlos
La Ortografía considera una buena idea que los vayamos escribiendo así:
(3) Rosamaría
(4) Juancarlos
¿Por qué? Para ello se basan en los dos amigos que te presenté en los apartados “Tu oído” y “Tu gramática“. Casi siempre, el primer elemento de estos compuestos pierde su golpe de voz. Los ejemplos anteriores se pronuncian así:
(5) [rrosamaría]
(6) [juankárlos]
Además, si formamos el plural, añadimos una sola marca al final:
(7) ¿Dónde están los Josemarías? ¡Que vengan aquí!
No es aceptable añadirles la terminación de plural a los dos nombres:
(8) ¿Dónde están los Josés Marías?
Ya vimos en su momento que es válido escribir en una sola palabra siempre que se dan estas dos condiciones:
- El primer elemento pierde el golpe de voz que le correspondía.
- La marca de plural se le añade solamente al segundo elemento.
Además, ya había cierta costumbre de fusionar algunos nombres. Por ejemplo, yo conozco a dos señoras que escriben así sus respectivos nombres:
(9) María del Carmen > Maricarmen
(10) Rosa Ana > Rosana
Por tanto, la propuesta de generalizar estas grafías no es descabellada. Además, este sistema evita dudas con los típicos nombres que podrían ser lo mismo nombre de pila que apellido. Si de pronto recibo un correo electrónico de un tal Juan Miguel Domínguez, no sabré si ese Miguel es nombre o apellido. En cambio, si me escribe Juanmiguel Domínguez, todo está claro.
Todo esto que te he contado se mantiene en el terreno de las sugerencias. No obliga a nadie de ninguna manera. Las grafías tradicionales siguen siendo perfectamente válidas. No obstante, si la idea te convence para tu nombre, puedes pasar a escribirlo en una sola palabra. Eso sí, ten en cuenta que eso puede dar pie a algunos cambios de grafía, por ejemplo:
(11) José Luis > Joseluís
Luis es un monosílabo que carece de tilde. Sin embargo, cuando lo fusionas con un primer nombre, lo que resulta es una palabra aguda terminada en -s. Por tanto, necesita la tilde. Más radical es este otro cambio:
(12) Ana Rosa > Anarrosa
En este caso es necesario duplicar la r para que esta mantenga el sonido fuerte cuando la emparedamos entre vocales.
Insisto en que todo esto se aplica únicamente a los nombres de pila. Los apellidos no se ven afectados. Esto es lógico: los apellidos conservan su golpe de voz. Un nombre como Ana Rosa Osorio Fonseca se pronuncia así:
(13) [anarrósa osório fonséka]
Como ves, hay un golpe de voz para el nombre de pila, otro para el primer apellido y uno más para el segundo. En realidad, los hablantes están procediendo de manera inteligente. Esta distribución de los acentos prosódicos le señala al oyente dónde termina el nombre de pila y dónde empiezan los apellidos (cosa que a veces es difícil de determinar por escrito para los antropónimos hispánicos).
Lo que no sé es si estas propuestas de fusión se aplican también a la monarquía y familias de alta alcurnia en general. Estas tienen una cierta tendencia a la inflación de nombres de pila. Por ejemplo, el rey Alfonso XIII de España se llamaba en realidad Alfonso León Fernando María Santiago Isidro Pascual Antón. Si lo escribo todo junto, me queda un poco largo.
En general, los diccionarios no te van a resolver dudas relacionadas con antropónimos porque no los recogen. Únicamente registran los que han pasado a formar parte del vocabulario general por algún motivo, como Alzheimer, etc.
Ejercicio
A continuación, te muestro una serie de nombres propios compuestos. Unos los he escrito juntos y otros, separados. Tienes que decidir si esas grafías son correctas.