La Ortografía de la lengua española en su versión de 2010 trae algunas novedades. Una de las que han armado más revuelo es que se deja de acentuar gráficamente un puñado de palabras que tradicionalmente tenían tilde, como guion, hui, truhan, fie, pie (del verbo piar), lie, rio, lio, riais, Sion, ion, etc. (Ortografía, pp. 225, 235-236).
En realidad, la novedad no es tanta. Ya en la edición de 1999, la Academia aceptaba la doble grafía, con y sin tilde, para todas estas palabras. El único cambio en la actual es que esa tilde, que antes era facultativa, se elimina definitivamente.
Lo que se busca con esto es ganar en regularidad. La acentuación de estas palabras constituía una anomalía dentro del sistema de uso de la tilde, puesto que ortográficamente se deben considerar monosílabas con independencia de que unos hablantes pronuncien “guion” (en una sílaba); y otros, “gui-on” (en dos).
Las reglas de acentuación se basan en una serie de convenciones que se pueden apartar ocasionalmente de lo que efectivamente se pronuncia. El caso que nos ocupa no pasa de ser uno más de los desajustes entre escritura y pronunciación que salpican nuestra ortografía. Si no nos extraña que hola se escriba con hache, tampoco nos debería sorprender que, convencionalmente, consideremos guion monosílabo (de hecho, lo es para muchos hispanohablantes, insisto).
La convención general de la que se deriva la falta de tilde en guion y sus compañeros es que cuando se unen una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u) o dos vocales cerradas diferentes, tenemos un diptongo. A tal efecto, la presencia de una hache, como en truhan, es indiferente.
Al aplicar de forma coherente esta convención, nos encontramos con que estas palabras son monosílabas. Y como es bien sabido, los monosílabos no se acentúan salvo casos de tilde diacrítica.
Nuestros académicos hacen hincapié (pp. 226-227), además, en que la finalidad de la tilde no es marcar la división en sílabas, sino indicar cuál es la sílaba tónica.
De este modo, al eliminar el curioso privilegio de que gozaban estos monosílabos, se consigue regularizar el conjunto, con lo que sale beneficiado el principio de economía, aunque pueda quedar maltrecha la costumbre. Nada sale gratis en esta vida.
Bájate a tu ordenador el resumen de las reglas de acentuación y el manual de acentuación con ejercicios.
Aunque, normativa en mano, el argumento es impecable, no me convence en absoluto. Y no es por que me moleste desaprender cosas, sino porque es una norma bastante poco exhaustiva.
Así, si nos enfrentamos a la voz pie, únicamente el contexto nos indicará si se trata de una forma del verbo piar o un sustantivo que refiere a lo que tienen las personas al final de su cuerpo. No estaría de más un refuerzo gráfico que orientara sobre la separación en sílabas (esto es, su pronunciación), que era lo que se pretendía con los impunes banderillazos anormativos a los que estamos acostubrados.
Claro que yo soy muy punki; me encantaría que los señores de la RAE me dejasen usar la diéresis en estos casos: pïé, gradüal, vïaducto</i. Así estaría todo clarísimo.
El idioma español se caracteriza porque uno puede leerlo sin entenderlo, a diferencia de otros idiomas, como el inglés, donde hay que aprender la pronunciación de cada palabra; en español hay unas reglas fijas de pronunciación.
Las tildes ayudan a eso; no es lo mismo última que ultima (del verbo ultimar), y esto es un problema para los que confían en correctores ortográficos automáticos que solo se basan en un diccionario. Aunque evidentemente en los casos donde no hay ambiguedad, ocurre que si uno ya conoce las palabras, las pronuncia como sabe que se pronuncian, a menos que quiera hacerse el gracioso o resaltar las faltas. ¿Cómo hay leído Vds. antes, /ambigedád/ o /ambiguedád/, a pesar de que falta la crema sobre la u, debería haber puesto ‘ambigüedad’?
Entonces la pregunta que habría que hacerse es: ¿cómo leo yo la palabra ‘truhan’, suponiendo que no la conozca, que no la haya visto nunca? ¿Como /trúan/, o como /truán/, independientemente de si la articulo en 1 o 2 sílabas (no, eso no era el número ciento dos ;-) )? Si la respuesta siempre es /truán/, cabría preguntarse para qué vale la tilde, y acaso eso sea lo que hicieron los académicos.
Ahora bien, demoníaco y demoniaco se pronuncian claramente de formas distintas; es decir, la tilde sí distingue ahí las dos formas de pronunciación; en el caso de truhan, solo hay 2 vocales, y con tilde o sin ella siempre será la ‘a’ la tónica (la palabra ‘trúhan’ no existe), luego la tilde sobra. En realidad, antes ayudaba a distinguir la pronunciación monosílaba de la bisílaba; además, si soy un extranjero que no conoce la palabra ni la nueva norma ortográfica, tal vez pronunciara /trúan/. Me desmiento y me respondo yo mismo. No se preocupen, es cosa de mi trastorno bipolar. ;-)
¡Alberto, cuanto alboroto! No por las entradas de tu blog, sino por las continuas homologaciones de los expertos. Así, los síntomas del que no sabe o sabe poco —enfermedad más común de lo que parece— persistirán porque, cuando ya habían encontrado acomodo a una forma de hacer, vuelve a decirles, así no señores. Ayer sin acento lo hacía usted mal, pero hoy, que ya aprendió a poner ese acento, también lo hace usted mal. Por si me sirve de algo he pedido a los Reyes Magos la nueva Ortografía de la Lengua Española.
Gracias y Feliz 2011,
Cecilio
Vuelvo a la carga, porque releyendo mi comentario, quizá no se entienda lo que quiero decir. Eso me pasa porque empiezo a escribir y acabo media hora después, y en medio estoy con otras cosas.
Bueno, lo principal es: truhan, o guion o cualquiera de las otras palabras en discordia, tienen dos vocales (la u de guion no cuenta ya que es muda por ir tras la ge), así que podemos acentuar (me refiero a la pronunciación) una u otra. Cogeré ahora como ejemplo ‘río’, flujo de agua o presente de reír, y ‘rio’, pasado del verbo reír.
Como vemos, para pronunciar /rrío/ es obligatoria o preceptiva la tilde sobre la i (vocal cerrada tónica en hiato, decía un profesor de mi infancia), pero para pronunciar /rrió/, ¿hace falta la tilde? No para marcar el acento sobre la o, por eso ahora se decide eliminarla.
Sin embargo me gustaba más antes, desde 1999 hasta ahora, donde la tilde era opcional: aunque no sirviera para marcar el acento sobre la o, sí valía para marcar la pronunciación en hiato: rió: /ri-ó/; rio: /rio/. A mí, que soy español, me cuesta pronunciar estas palabras como monosílabas, pero se conoce que en América es común.
Volviendo: el acento puede ir sobre una de las dos vocales, la i o la o.
/rrío/ : río, tilde obligatoria.
/rrió/ : rio, ahora sin tilde, antes opcional, más antes obligatoria.
De forma que cuando vea escrito ‘rio’, sé que el acento debe ir sobre la o, no sobre la i ya que esta requeriría la tilde. Es una forma de economizar tildes. Otra cosa es que pronuncie la palabra como monosílaba o como bisílaba.
Por cierto, les recomiendo la lectura de al menos los primeros capítulos de la nueva Ortografía, donde se explica el porqué de muchas cosas.
Vale.
Creo que las dificultades que surgen en los juicios de los hablantes sobre la acentuación gráfica o la no acentuación gráfica de los diptongos ortográficos deberían desaparecer si aceptamos lo que la RAE define qué es diptongo:«…secuencias de dos vocales que forman parte de una misma sílaba». Es decir, «Vocal abierta seguida o precedida de vocal cerrada átona»; «dos vocales cerradas distintas» (Ortografía de la lengua española,pág. 235,3.4.2.1.1 (edición 2010)). Si aceptamos la definición, creo que las dudas pueden desaparecer y así lograr una unidad panhispánica en la correcta y única acentuación gráfica de los diptongos ortográficos. Es mi opinión personal.