Es frecuente cerrar una oración con una pregunta que en realidad no pregunta nada, sino que es una simple coletilla con la que pretendemos asegurarnos de que nuestro interlocutor nos sigue, nos entiende, etc. Me refiero a las típicas ¿vale?, ¿no?, ¿OK?, etc. Pues bien, cuando escribimos, esta pregunta-coletilla se tiene que separar con una coma de la oración que la precede:
(1) Tendríamos que ir pensando en la cena de Nochebuena, ¿no?
(2) Te paso a buscar esta tarde, ¿vale?
Este tipo de preguntas forma parte del lenguaje oral, sobre todo de los niveles coloquiales. Aun así, no conviene abusar de ellas. Si se nos va la mano, en lugar de mantener abierto el canal de comunicación con nuestro interlocutor, lo único que conseguiremos será cansarle.
En textos escritos las encontraremos sobre todo cuando se intenta reproducir el lenguaje oral.
Conciso y claro.
Gracias, Alberto.