La construcción pasiva refleja se denomina así porque presenta puntos en común con la construcción pasiva y con las construcciones reflexivas. Se trata de construcciones como las que encontramos en los ejemplos (1) y (2):
(1) […] aquí se necesita gente que pueda trabajar [Felipe Santander: El corrido de los dos hermanos].
(2) […] no se regalan armas de fuego a una dama [Eduardo Mendoza: La ciudad de los prodigios].
Se caracterizan por lo siguiente:
a) Solo son posibles con verbos transitivos
Esta es una característica que las acerca a las pasivas perifrásticas (como El delincuente fue condenado). Al igual que ocurre con estas, solamente se pueden formar construcciones pasivas reflejas a partir de verbos que toman un complemento directo. Los verbos necesitar y regalar, que son los que tenemos en los ejemplos de arriba, normalmente forman oraciones activas como (3) y (4), en las que hay un complemento directo, que destaco en negrita:
(3) El patrón necesita gente.
(4) Manolo regaló un fusil de juguete a su hermano.
Si no hay complemento directo, no hay pasiva: ni perifrástica ni refleja.
b) El verbo va acompañado de la partícula se
Esto las acerca a las impersonales con se. No le busques una función sintáctica a se. Está ahí únicamente como marca que nos avisa de que nos encontramos ante una construcción especial. Nos está dando pistas de que ha desaparecido algo: el sujeto de la activa.
c) El complemento directo de la activa correspondiente es el sujeto de la pasiva refleja
Esta es otra característica que las acerca a las pasivas perifrásticas. A partir de una oración como Manolo regala fusiles a las damas podemos llegar a pasivas perifrásticas como Los fusiles les son regalados a las damas o pasivas reflejas como No se regalan fusiles a las damas. Una y otra construcción tienen en común que lo que era un complemento directo se convierte ahora en sujeto. Podemos apreciar que se trata del sujeto porque el verbo concuerda con él en número. Es una prueba infalible. Esto queda de manifiesto sobre todo en el plural:
(5) Se buscan trabajadores.
(6) Se regalan armas de fuego.
d) No se nos indica quién realiza la acción
Para eso es para lo que sirve precisamente una oración pasiva: para apartar el foco de atención del agente y situarlo sobre la acción y su objeto. Es una característica que comparte la pasiva refleja tanto con la pasiva perifrástica como con las construcciones impersonales con se.
Además de las cuatro características anteriores, podemos proporcionar unas breves notas de uso. El sujeto de la activa correspondiente puede aparecer como complemento agente, aunque no es lo normal. En este caso, se introduce mediante la preposición por o, mejor todavía, la expresión por parte de:
(7) Se eligen representantes por los ciudadanos.
(8) Se eligen representantes por parte de los ciudadanos.
La pasiva refleja resulta más natural en español que la perifrástica y se suele preferir a esta, incluso en textos formales.
Hay que decir que se trata de una construcción enormemente compleja. Aunque los hablantes nativos la manejan con soltura y espontaneidad, suele plantear dificultades considerables a quienes aprenden el español como lengua extranjera.
La pasiva refleja está muy cercana a las construcciones impersonales con se. Tanto es así que no siempre es posible distinguir netamente unas de otra, pero de esta cuestión tendremos que ocuparnos cuando hablemos de las impersonales con se y las complicaciones que presentan.