Sensu stricto

La expresión latina sensu stricto significa ‘en sentido estricto’, como en este ejemplo, donde se emplea correctamente:

(1) Reprimamos los gestos románticos y reconozcamos en el enamoramiento —repito que no hablo del amor sensu stricto— un estado inferior de espíritu, una especie de imbecilidad transitoria [José Ortega y Gasset: Estudios sobre el amor].

También podemos darle la vuelta. Se puede decir y escribir tranquilamente stricto sensu:

(2) Y no voy a defraudarlo, aunque para ello deba someter a su criterio documentos que, stricto sensu, no me pertenecen [Maruja Torres: Hombres de lluvia].

En cambio, hemos de tener cuidado con los siguientes deslices.

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En primer lugar, no debemos añadirle una preposición: en stricto sensu. Esto es así porque esas dos palabras latinas ya encierran de por sí la idea expresada por la preposición.

En segundo lugar, fíjate bien en las vocales de la terminación: stricto termina en -osensu en -u. Cualquier otra combinación es incorrecta.

Por último, no vayas a escribir stricto con al principio. Esa palabra empieza en lo que técnicamente se conoce como ese líquida. En español somos incapaces de pronunciarla, por lo que siempre diremos [estríkto], pero la escritura es otra historia y se debe mantener la ortografía latina.

Como se trata de una expresión tomada de otra lengua, debemos resaltarla en cursiva o, si estamos escribiendo a mano, entrecomillarla.

Lo que te he contado es lo que necesitas saber para manejar correctamente esta expresión, pero te invito a que te hagas una pregunta antes de usarla: “¿Verdaderamente la necesito?”. Si la respuesta no es un  claro y rotundo, es preferible que te quedes con la versión castellana: en sentido estricto.