Correveidile

Un correveidile es una persona amante de propagar rumores y cotilleos. Nos encontramos aquí con una palabra compuesta muy expresiva. Podemos ilustrar su uso con este ejemplo, tomado de una obra de Mario Vargas Llosa:

(1) Por supuesto que no se lo diré a nadie, hermanita. No soy una correveidile de esas que abundan en esta casa de locas [Mario Vargas Llosa: Los cuentos de la peste].

Correveidile es un compuesto un poco especial. Es un sustantivo formado a partir de una frase completa con tres verbos: Corre, ve y dile. Su significado se comporta de manera diferente al de compuestos como sacacorchos o telaraña. Estos son transparentes: si entendemos el significado de las partes, comprendemos inmediatamente el significado del todo. En cambio, en correveidile, el significado de los componentes no nos permite deducir el del compuesto. Al contrario, es el significado del conjunto el que da sentido a la imagen de la persona que corre de un lado para otro transmitiendo chismes y murmuraciones.

Este nombre se escribe obligatoriamente en una sola palabra. Además, la conjunción y se convierte en i: el correveidile, nunca el correveydile o el corre ve y dile. No tiene acento ortográfico porque es una palabra llana terminada en vocal. Se pronuncia con un único acento prosódico: [korrebeile].

Este sustantivo puede usarse como masculino o como femenino, pero su forma no cambia, independientemente de cuál sea su género. Este se manifiesta solamente en los determinantes y adjetivos que lo rodean: el correveidile/la correveidile. Se trata, por tanto, de un nombre común en cuanto al género. En (1) lo encontramos utilizado en femenino, así que añadiremos aquí un ejemplo en masculino para que se vea que los correveidiles pueden ser lo mismo hombres que mujeres:

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(2) La entrevista había venido gestionándola, desde mucho antes, Julio Danvila, a quien Indalecio Prieto definiría como un correveidile [Antonio Fontán: Los monárquicos y el régimen de Franco].

Forma un plural perfectamente regular porque es un sustantivo a todos los efectos (aunque esté construido sobre una secuencia de verbos). Para ello simplemente se añade una ese al final. Tenemos una muestra en (3):

(3) La vida social sucrense transcurría plácida entre saraos, cabalgatas, excursiones, muchos chismes y rumores que las correveidiles esparcían de casa en casa [Antonio Paredes Candia: Brujerías, tradiciones y leyendas].

Existe una variante correvedile, pero es menos frecuente. Una búsqueda en Google (14-9-2017) me da 98 100 resultados para correveidile frente a 25 600 para correvedile. Tenemos una muestra en (4):

(4) Estuvo vendiendo libros durante mucho tiempo, y ahora es el correvedile de las relaciones amorosas de esta gente; un gran sablista y un gran sinvergüenza [Pío Baroja: Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox].

El ejemplo (4), además, da testimonio de que, antiguamente, esta palabra podía significar ‘alcahuete’. La acepción se mantiene en los diccionarios, pero resulta poco frecuente hoy día.

En fin, si te ha gustado este artículo, corre, ve y dile a un amigo que lo lea. Pero no te preocupes: no es lo mismo eso que ser un correveidile.