Resiliencia

Resiliencia es un sustantivo que la Real Academia Española incorporó al Diccionario de la lengua española (DRAE) en su edición de 2014. Es una de las muchas palabras que hemos ido tomando del inglés en los últimos tiempos.

Resiliencia es ‘resistencia’, pero no una forma de resistencia cualquiera. La clave para entender su uso nos la va a dar la etimología. El inglés resilience está formado sobre el verbo latino resilire, que significaba ‘rebotar’. En este verbo latino, identificamos, a su vez, el prefijo re-, que indica repetición, y el verbo salire, que aporta la noción de ‘saltar’. La resiliencia es la capacidad para rebotar ante un impacto.

A partir de ahí se desarrolla el significado terminológico de ‘elasticidad de los materiales, capacidad de un material para recuperar su forma original después de doblarlo, retorcerlo, aplastarlo, etc.’. Veamos un ejemplo tomado de un artículo científico:

(1) La reacción de un material cuando la carga es retirada es recuperar parte de la deformación inducida; la capacidad de recuperación de dicho material es lo que comúnmente se denomina la resiliencia de los materiales [Julián Vidal y Rodrigo Osorio: Revista de la Universidad EAFIT, 2002 (125)].

Este primer significado se irá ampliando para incluir la capacidad de recuperación de mecanismos, (eco)sistemas, etc.

Sin embargo, esta palabra se conoce hoy día sobre todo por el amplio uso que se hace de ella en las ciencias sociales y, muy especialmente, en psicología. Ha pasado aquí a significar la capacidad de una persona para rehacerse ante las adversidades, para salir adelante a pesar de traumas, agresiones, pobreza extrema, etc. Ese es el significado que presenta en el siguiente ejemplo:

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(2) La resiliencia protege de la adversidad, sin embargo su conocimiento científico es aún
escaso [Isabel Pérez-Olmos y otros: Revista de Salud Pública, 2005 (11)].

Este término de las ciencias sociales encierra una imagen: las personas (por lo menos algunas) tienden a recuperar su forma original después de sufrir un choque psicológico, una presión, algún acontecimiento traumático del que esperaríamos que deformara o incluso quebrara su personalidad.

Esta segunda acepción es hoy la más frecuente con diferencia. Queda recogida de forma general en una de las acepciones del DRAE:

(3) Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos [DRAE: resiliencia].

No estaría de más afinar un poco en la siguiente edición. Se podría indicar que es un concepto que se aplica específicamente a la psicología humana.

Existe también el adjetivo resiliente, que es lo relativo a la resiliencia.

Así que ya sabes: ante las adversidades de la vida, ¡resiliencia!

Nota: El ejemplo (2) está tomado de Real Academia Española: Banco de datos (CORPES XXI) [en línea]. Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES). <http://www.rae.es> [acceso: 7-2-2017].