Normalmente, confundir una be con una uve es una falta de ortografía (y de las gordas). Sin embargo, tenemos un puñado de palabras en español con las que podemos respirar aliviados: podemos escribirlas lo mismo con una letra que con la otra. Las principales son las siguientes:
1. Bargueño o vargueño: es una palabra que hoy se utiliza poco porque designa un objeto que ha caído en desuso. Un bargueño era un mueble que servía para archivar papeles. Los bargueños se fabricaban en madera tallada y contaban con numerosos cajones. El invento en cuestión estuvo de moda entre los siglos XVI y XVIII (ha llovido bastante desde entonces). Se llamaban así porque originariamente se construían en el pueblo toledano de Bargas.
2. Boceras o voceras: se llama así a quien es aficionado a hablar de más, a irse de la lengua, incluso a fanfarronear. Un boceras viene a ser un bocazas. La variante con be enlaza esta palabra con boca, mientras que la uve la lleva a la familia de voz. Las dos posibilidades tienen sentido si tenemos en cuenta que esta denominación se refiere a quien es aficionado a largar por la boca lo que más le valdría callar o a utilizar su voz alegremente en lugar de quedarse calladito.
3. Cebiche o ceviche: es el delicioso pescado marinado típico de algunos países americanos. No solo podemos elegir escribirlo con be o con uve, sino que además se admite la grafía con ce o con ese. Cebiche, ceviche, sebiche o seviche: todas las formas son válidas. Así es imposible cometer faltas de ortografía.
4. Chabola o chavola: quién lo hubiera dicho. Escribir chavola no es una falta de ortografía. Por cierto, una chabola es una vivienda construida con materiales de desecho en una zona sin urbanizar. La chabola es el equivalente en España de la favela.
5. Endibia o endivia: es una hortaliza, un tipo de escarola.
Antiguamente se admitían también las variantes Serbia/Servia y serbio/servio; pero las Academias de la Lengua nos piden en la Ortografía de 2010 que nos olvidemos definitivamente de la variante con uve.
Estas cinco palabras nos hacen la vida más fácil a la hora de escribir. Aun así, no lancemos las campanas al vuelo. En ortografía casi todo tiene su truco y esto no iba a ser una excepción. Cuando se puede elegir entre be y uve, se prefiere la be. Por tanto, lo mejor es que borres de tu mente la segunda variante en cada caso y te quedes solamente con la primera.
Esta alternancia de grafías es posible porque en español b y v se pronuncian igual.