Las has visto millones de veces. Probablemente, las has escrito también. Me refiero a esas letras pequeñitas que van en alto al final de algunas abreviaturas, como 1.º, n.º, Sr.ª y similares. Seguramente, más de uno estará tentado de llamarlas superíndices; pero quienes saben algo de ortografía y de ortotipografía se refieren a ellas por su nombre. Son las letras voladas.
Estas letras tienen un cuerpo menor que el resto de caracteres y se escriben siempre en la parte superior del renglón. De ahí la denominación de voladas o voladitas. Son caracteres que andan revoloteando por las alturas tipográficas.
Las letras voladas se emplean en ciertas abreviaturas para indicar que nos hemos comido algunos caracteres del centro de la palabra. Por ejemplo, cuando escribimos n.º (‘número’), solo mantenemos la primera letra (n-) y la última (-o). Y nos quitamos de en medio todas las demás (-úmer-).
Solo vamos a encontrar letras voladas en las abreviaturas y únicamente en las que pertenecen al tipo de los ejemplos de arriba, que es lo que técnicamente se conoce como abreviaturas por contracción. Pero cuidado: eso no significa que se utilicen letras voladas en todas las abreviaturas que se forman por contracción. De hecho, muchas carecen de ellas, por ejemplo: admón. (‘administración‘), atte. (‘atentamente‘), etc.
Las letras voladas se utilizan para abreviar los numerales ordinales, como primero (1.º), segunda (2.ª), etc. Estas abreviaturas son un poco especiales porque combinan números y letras (a diferencia de las demás, que tan solo contienen letras).
Las letras voladas son pequeñas, pero también merecen respeto. Por eso, conviene tomar un par de precauciones al utilizarlas.
En primer lugar, debemos ponerles su punto. Ya te habrás percatado por los ejemplos anteriores de que antes de la letra volada aparece siempre un punto (antes, no después). Ese punto se encuentra ahí para indicarnos que eso es una abreviatura. Eliminarlo es una falta de ortografía.
En segundo lugar, la letra o letras voladas deben reproducir fielmente la terminación de la palabra que estamos abreviando. No debemos poner la letra que nos parezca y dejar que nuestra distinguida lectora se imagine qué es lo que queremos decir. Es una falta de ortografía y una falta de consideración. Si queremos abreviar tercero, escribiremos una o volada (3.º), pero si el numeral en cuestión es tercer, debemos mantener su terminación (3.er). La abreviatura de número es n.º, pero si nos vamos al plural (números), eso se tiene que reflejar en las letras que lanzamos al vuelo (n.os).
Voy a concluir añadiendo dos detalles: a) las letras voladas pueden ser una sola (f.º, ‘folio’) o varias (adm.ora, ‘administradora’), y b) pueden ir subrayadas, pero no es necesario. De hecho, están mejor sin subrayar.