Los adjetivos israelí e israelita no significan lo mismo. No los confundas.
Israelí se emplea para todo lo que tiene que ver con el moderno Estado de Israel, como en este ejemplo:
(1) Macron se enojó y echó a un guardia israelí [Clarín (Argentina), 23-1-2020].
El ejemplo (1) describe un incidente sucedido a principios de 2020 entre el presidente de la República Francesa y un policía de Israel.
El adjetivo israelí admite dos plurales: israelíes (2) e israelís (3).
(2) Los partidos de centro israelíes se movilizan contra Benjamin Netanyahu [El Mundo (España), 21-2-2019].
(3) Para no tener problemas hay que tener el mínimo contacto con los soldados israelís [José Mari Pastor: Tres semanas en el sitio a Ramala].
El plural israelíes es el que se prefiere en la lengua culta, pero se consideran válidos los dos.
Después tenemos el adjetivo israelita. Este se utiliza para referirse a todo lo que tiene que ver con el pueblo judío, con los hebreos (incluida la religión judía):
(4) Me destinaron un camarote que me resigné a compartir con un desconocido, de notorio aspecto israelita, a quien despertó mi llegada [Honorio Bustos Domecq: Seis problemas para don Isidro Parodi].
Es una palabra que tiene implicaciones étnicas, culturales, religiosas, históricas, etc.
La variante que tendrás más posibilidades de utilizar en tus textos es, sin duda, israelí. Sin embargo, muchas personas han adquirido la costumbre de usar israelita como gentilicio para referirse a los habitantes del actual Estado de Israel. Este error se ve favorecido por algo de lo que ya hemos hablado muchas veces: israelita es más largo que israelí.
Las palabras largas ejercen un atractivo irresistible entre quienes tienen poco que decir.