Ahora te presento una construcción que es coloquial, pero perfectamente correcta. La secuencia a + infinitivo se puede utilizar para expresar mandato:
(1) ¡A comer todo el mundo!
(2) ¡A callar!
(3) ¡A dormir ahora mismo!
Estos usos son impecables. Preferentemente, encuentran su lugar en la lengua oral, aunque también aparecen en textos escritos que imitan la oralidad. Por ejemplo, Lorca cerró su tragedia La casa de Bernarda Alba con esta intervención de Bernarda:
(4) Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! […] ¡A callar he dicho! […]
Aun a riesgo de parecer pesado, insisto en que hablar correctamente no consiste en expresarse como una enciclopedia, sino en utilizar los recursos más adecuados para cada situación. Tan correcto puede ser lo popular como lo formal. Todo depende de cuándo y dónde. Lorca era consciente del valor oral y coloquial de esta construcción. Por eso podía echar mano de ella cuando la necesitaba. Sin ese conocimiento lingüístico y estilístico, La casa de Bernarda Alba hoy no gozaría de fama universal. Quizás existiría, pero sería una de tantas obras literarias que duermen un justo sueño.
El infinitivo se puede utilizar también para dar órdenes que no van dirigidas a ninguna persona en concreto, sino a todo el mundo en general. Esto ocurre, sobre todo, en letreros, carteles y señales. Es una forma correcta en esos contextos. Por ejemplo, en mi país se suele escribir lo siguiente en las torres de alta tensión:
No tocar Peligro de muerte
Además, dibujan una calavera para quitarnos las ganas de acercar el dedito. A veces, en las aulas me he encontrado letreros como este:
Apagar la luz antes de salir
Estas órdenes en infinitivo no equivalen a un imperativo que se refiere a una persona determinada. Esos avisos no se dirigen a un tú/usted ni a un ustedes/vosotros. Tienen validez general. Su equivalente no es este:
(5) No toques tú.
Es más bien este otro:
(6) Que no toque nadie.
Como decía, estas órdenes impersonales son típicas de la lengua escrita, sobre todo, del ámbito de la señalización y la cartelería. No obstante, existe otro uso que te conviene conocer si tu trabajo tiene que ver con la enseñanza. A veces se emplean en enunciados de problemas y ejercicios. Por ejemplo, en un libro de texto se puede incluir una actividad que comience con este enunciado:
(7) Subrayar los infinitivos del siguiente texto y explicar su significado.
Eso es correcto desde el punto de vista de la norma, aunque yo soy más partidario de dirigirme directamente a la persona que va a resolver el ejercicio. Para eso me van a servir las formas personales correspondientes:
(8) Subraya los infinitivos del siguiente texto y explica su significado.
También se hace uso de este infinitivo en manuales y libros de instrucciones de aparatos diversos.
No te preocupes. No hay problema en utilizar dos infinitivos seguidos, pero voy a compartir contigo un truco que a mí me ayuda cuando escribo. Cuando releo mis textos, a veces me encuentro con que he escrito un infinitivo a continuación de otro. Casi siempre, en esos casos, puedo eliminar uno tranquilamente. Por lo general, el resultado significa lo mismo y la expresión resulta más concisa y directa.
Dos infinitivos no van seguidos si aparece una preposición entremedias. En ese caso, probablemente te encuentras ante una perífrasis. Esto me sirve para enlazar con la siguiente cuestión. Ha llegado el momento de hablar de perífrasis verbales.
Por cierto, en este apartado no he aportado ejemplos. Es intencionado. Quiero que tú busques los tuyos cuando te pongas a escribir o a leer. Búscalos y practica.