Para que el gerundio funcione correctamente, este tiene que guardar un cierto orden temporal respecto del verbo de la oración principal. Hay dos posibilidades correctas y una incorrecta. Esta última da lugar al temido gerundio de posterioridad.
En primer lugar, es correcto que la acción del gerundio suceda al mismo tiempo que la del verbo principal, por ejemplo:
(1) No hables comiendo.
El verbo principal del ejemplo es el imperativo no hables. Está claro que la acción expresada por el gerundio sucede al mismo tiempo que la del verbo principal. Precisamente, lo que nos están recriminando es el vicio de hablar mientras comemos. Te doy otro ejemplo de acciones simultáneas:
(2) Severino caminaba dando saltitos.
Ahí tenemos a un señor que está andando y saltando al mismo tiempo. Las dos acciones son simultáneas. El uso del gerundio es impecable.
Lo más frecuente es que la acción del gerundio y la del verbo principal mantengan esta relación de simultaneidad. Sin embargo, existe una segunda opción que también es correcta.
En segundo lugar, también es correcto que la acción del gerundio suceda antes que la del verbo principal. Esta es la secuencia:
Este es el ejemplo correspondiente:
(3) Escapó de Sing Sing cavando un túnel con una cucharilla.
Aquí tenemos dos verbos:
La acción que sucede primero es la del gerundio cavando. Lógicamente, primero tengo que cavar el túnel y, solo entonces, puedo escaparme.
Atención: Lo que importa es el orden en que suceden las acciones. Es una noción que tiene que ver con las ideas de las que estamos hablando. Se refiere al orden en que ocurren las cosas en el mundo. Muchas personas se equivocan y les da por pensar que se trata del orden en que aparecen uno y otro verbo en el interior de la oración. Lo voy a decir de manera explícita para prevenir confusiones: el concepto de gerundio de posterioridad es independiente de si el gerundio aparece delante o detrás del verbo principal.
Te resumo cuáles son las secuencias correctas porque esta es la clave que necesitas para utilizar bien el gerundio. Cualquiera de estas dos opciones es correcta:
La acción del gerundio sucede al mismo tiempo que la del verbo principal.
La acción del gerundio sucede antes que la del verbo principal.
Todos los ejemplos correctos de este capítulo respetan esas secuencias. Si no me crees, repásalos uno a uno y haz la prueba.
Si la explicación teórica te resulta liosa, te voy a dar un truco. Apréndete de memoria estos dos ejemplos. Son los modelos respectivos de cada una de las secuencias correctas:
(4) Caminaba dando saltitos.
(5) Escapó de Sing Sing cavando un túnel con una cucharilla.
Son ejemplos gráficos y fáciles de recordar. A partir de ellos, puedes recuperar las secuencias temporales correctas fácilmente. Cuando te pongas a escribir y te asalten las dudas sobre la secuencia temporal correcta, rescata estos dos ejemplos del cajón de la memoria. Compara el orden de esas acciones con lo que tú quieres escribir. Así descubrirás si vas por el buen camino.
Vamos ahora con el dichoso gerundio de posterioridad. Se incurre en este uso incorrecto cuando la acción expresada por el gerundio es posterior a la del verbo principal. Veamos un ejemplo:
(6) Se arruinó por culpa del bingo, muriendo en la pobreza.
En el ejemplo anterior hay dos verbos:
La secuencia temporal es la siguiente:
Por tanto, la acción del gerundio sucede después de la acción del verbo principal. Estamos ante un gerundio de posterioridad de manual. Eso no se puede quedar así. Para quitar de en medio el gerundio de posterioridad vas a disponer siempre de dos soluciones, una más sencilla y otra más elaborada.
La más sencilla consiste en introducir la conjunción y. Las oraciones con gerundio de posterioridad expresan dos acciones:
Esta primera solución consiste simplemente en lo siguiente:
Cuando introduzco todos esos cambios, el ejemplo anterior se convierte en lo siguiente:
(7) Se arruinó por culpa del bingo y murió en la pobreza.
Lo que antes era un gerundio (muriendo) ahora es un verbo conjugado (murió). He colocado las dos oraciones una al lado de la otra con la conjunción y de por medio. No le indico al lector cuál es la secuencia lógica ni temporal. Simplemente, le dejo el trabajo de inferir la relación que guardan. En el mundo, lo normal es que uno se arruine primero y se muera después (y no al revés). Mi lector llegará a esa conclusión por sus propios medios.
La segunda solución consiste en convertir la secuencia introducida por el gerundio en una oración de relativo. Este es el resultado para nuestro ejemplo:
(8) Se arruinó por culpa del bingo, por lo que murió en la pobreza.
Ahora estoy indicando cuál es la relación lógica que guardan la primera acción y la segunda. Ese por lo que le indica al lector que la una es la causa de la otra. Esta segunda opción puede dar lugar a construcciones bastante complejas. Voy a complicar lo anterior:
(9) Se arruinó por culpa del bingo, como consecuencia de lo cual murió en la pobreza.
Esta reformulación tiene la ventaja de que es muy precisa, pero presenta el inconveniente de que resulta un tanto enrevesada. Ahí ya te corresponde a ti decidir en cada caso concreto si te merece la pena ese extra de precisión o si es preferible la solución sencilla con la conjunción y.
Naturalmente, existe una tercera solución que está disponible en cualquier tipo de texto ante cualquier problema de redacción: reformularlo por completo. Voy a aplicar esto a nuestro ejemplo:
(10) Se arruinó por culpa del bingo. El resultado fue que murió en la pobreza.
Presento alternativas de redacción porque en este curso me interesa dejar clara una idea: un mismo estado de cosas del mundo se puede expresar lingüísticamente de múltiples formas. Mi experiencia de décadas como profesor me dice que quienes se sienten más inseguros con el lenguaje tienden a creer que hay una forma de decir las cosas. Al contrario, muchas veces la solución a un problema lingüístico consiste simplemente en buscar una manera completamente diferente de expresar la misma idea. El lenguaje es increíblemente flexible. En cada momento, te conviene valorar cuál es la solución más adecuada para tu texto y, sobre todo, para tus lectores.
En resumen, esta es la secuencia que debes evitar:
Hago una aclaración antes de cerrar el apartado. En teoría, es disculpable el gerundio de posterioridad cuando la acción del gerundio es inmediatamente posterior a la del verbo principal. En la práctica, eso no te ayuda a redactar mejor. Tu objetivo debe ser no solo escribir correctamente, sino que además lo parezca. Esos gerundios de posterioridad con acciones inmediatas siguen siendo gerundios de posterioridad. Van a seguir chirriando. Créeme: no es el tipo de melodía que quieres en tu texto.
Aprovecho para añadir que el gerundio de posterioridad es típico del lenguaje comercial redicho. El gerundio suena importante porque lo asociamos con el tonillo oficial del lenguaje jurídico y administrativo (ya mencioné que el uso y abuso del gerundio es un vicio extendido en este ámbito). Cuando alguien intenta venderme algo a base de gerundios, yo salgo corriendo a toda velocidad. Me ahorra dinero y desdichas gramaticales.