Origen del artículo determinado

En latín no existía el artículo. Este es una innovación de las lenguas románicas a partir de un demostrativo ille, illa que significaba ‘aquel’:

Illem hominem ‘aquel hombre’ > el hombre

Illam civitatem ‘aquella ciudad’ > la ciudad

En este proceso, el demostrativo original experimenta diversos cambios.

Se reduce su sustancia fónica. Esto salta a la vista al comparar la forma latina con la castellana, que es más breve. La reducción afecta también al acento. El demostrativo latino era tónico, mientras que nuestro artículo es átono y se apoya en la palabra siguiente para su pronunciación. Compárese:

“íllem óminem” / “elómbre”

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También se reduce su significado (esto es lo que se conoce como desemantización). Tanto el demostrativo como el artículo tienen un significado gramatical, abstracto. Sin embargo, el significado del demostrativo ille ‘aquel’ incluye más componentes que el artículo el. Nos muestra (de ahí su nombre) una realidad que está situada en el máximo grado de alejamiento, pues no está en la órbita de la 1.ª persona (yo) ni de la 2.ª () sino en la de una 3.ª (él). Un componente secundario de este significado es la definitud: esa realidad es conocida por haber sido nombrada anteriormente o porque forma parte por cualquier otro motivo del universo del discurso. Pues bien, en el paso del demostrativo latino al artículo castellano se pierde el componente primario del significado y solo queda este rasgo secundario de definitud.

Además, el artículo ha perdido libertad en cuanto a su posición (fijación sintagmática). En latín el demostrativo podía aparecer antes o después del nombre, o sea, podíamos decir lo mismo illem hominem que hominem illem. Pensemos que con nuestros actuales demostrativos también podemos decir aquel hombre o el hombre aquel. El artículo, en cambio, por fuerza tiene que anteceder al sustantivo: el hombre.

La presencia o ausencia de nuestro artículo viene determinada por reglas en la mayoría de los contextos. El artículo ha sufrido un proceso de obligatorificación. Por eso decimos El pan ha vuelto a subir y  sería incorrecto Pan ha vuelto a subir. No podemos elegir.

El proceso de aparición del artículo se dio en paralelo en castellano y en las otras lenguas románicas, aunque los resultados fueron ligeramente diferentes (por eso no se utiliza igual el artículo en castellano y en francés, por ejemplo). El pronombre él, ella, ello tiene el mismo origen, pero es una forma tónica con una evolución propia. También salen de este demostrativo nuestros actuales pronombres átonos de 3.ª persona (por ejemplo, La vi ayer). En fin, que el ille latino fue bastante prolífico.