Lección: infinitivo en lugar de imperativo
Hay un uso popular, no aceptado por la norma, que consiste en sustituir los imperativos terminados en -d (cantad, corred, vivid) por el infinitivo correspondiente. Así, es frecuente oír expresiones como esta:
(1) ¡Correr, correr, que se nos escapa el tren!
El infinitivo de (1) está sustituyendo al imperativo de segunda persona plural en su forma de confianza (vosotros):
(2) ¡Corred, corred, que se nos escapa el tren!
Formas como la de (1) son incorrectas, pero pueden ser disculpables en la lengua coloquial. Lo que ya no tiene pase alguno (por ser francamente vulgar) es la versión negada, por ejemplo:
(3) Niños, no tirar ladrillos por la ventana, que están muy caros.
En casos como este, lo que debemos emplear es la forma negada del presente de subjuntivo, o sea:
(4) Niños, no tiréis ladrillos por la ventana, que están muy caros.
El uso correcto del imperativo de segunda persona plural presenta alguna dificultad más que no conviene perder de vista. Cuando se le añade al final el pronombre átono os, desaparece la -d:
(5) Callad + os > callaos
Es decir, el equivalente normativo de ¡Callaros! no es ¡Callados! sino ¡Callaos! Para complicarnos un poco más la vida, el verbo ir resulta excepcional a este respecto. El imperativo id (por ejemplo, Id a casa) no pierde la -d, sino que la conserva: Idos a casa.
Si formas como callaros son populares o coloquiales, sus equivalentes con el pronombre se nos llevan una vez más al terreno de lo vulgar. Callarse todos ahora mismo se debe decir Callaos todos ahora mismo. En la mente de los hablantes de España quedó grabada a fuego la siguiente expresión con el verbo ir:
(6) Si me queréis, irse [Lola Flores].
Teniendo en cuenta lo que decíamos arriba sobre el mantenimiento de la -d en el imperativo de ir, la oración (6) se convierte en esto otro:
(7) Si me queréis, idos.
Si a alguien le choca ese imperativo idos, puede sustituirlo tranquilamente por marchaos.
Lo que sí resulta perfectamente correcto, en cambio, es utilizar la preposición a con el infinitivo para expresar mandato:
(8) ¡A callar he dicho! [Federico García Lorca: La casa de Bernarda Alba].
Tampoco hay que confundir este uso del infinitivo con otro que es perfectamente correcto: el del infinitivo con valor de orden impersonalizada (no dirigida a ningún interlocutor concreto) que es frecuente en rótulos y señalizaciones, por ejemplo:
(9) No tocar: Peligro de muerte
En cualquier caso, el problema de esta entrada solo afecta a los hablantes que en el plural distinguen entre vosotros y ustedes. No tienen estas preocupaciones (pero sí que tendrán otras) los hablantes voseantes ni quienes frente a tú y usted únicamente oponen el plural ustedes.
Ejercicio: infinitivo en lugar de imperativo
Es curioso, siempre he dicho en el caso número 7 “iros” no idos. Me suena a estar ido.
Me parece magnífico que alguien como usted nos vaya refrescando la memoria de vez en cuando. Hace ya mucho tiempo que tuve mis últimas clases de lengua española.
Hola. No sabía que estuviera tan extendida esa forma en España. Pensaba que su uso era casi “por gracia”, como cuando alguien imita las exclamaciones de su abuela. Cuando he visto el uso de ese imperativo sin señales de que sea broma, en foros o sitios semejantes, siempre ha salido alguien a corregir o a ridiculizar a quien lo usa.
Una forma de imperativo coloquial americana son las conjugaciones en pretérito indefinido (lo llamo imperativo por su función, no por su forma), en uso al menos en Colombia y Chile. Es una especie de dar por hecho que la acción ya está realizada por el solo ordenarlo: ¡se callaron los dos!, ¡te fuiste de aquí! Un dato interesante para ir es que en el Cono Sur es defectivo, porque la segunda persona de imperativo no es vete sino andate (Arg. y Ur.)/ándate (Chile).
Un saludo.
Yo también utilizaba “iros” y no “idos”. Siempre va bien refrescar la memoria y corregir los errores.
Un saludo.