Trébol es una de las muchas palabras que hemos tomado del catalán.
El nombre catalán trèvol procede, a su vez, del griego tríphyllon, compuesto de tri ‘tres’ y phýllon ‘hoja’. Es, por tanto, una denominación metonímica. Basándose en una característica de la planta como es la de presentar las hojas agrupadas de tres en tres, se nombra a la planta entera.
Coromines indica en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana que la vía de entrada en castellano fue el vocabulario de la heráldica.
Caro Alberto:
Es muy curiosa la historia del ‘trébol’, principalmente por el hecho de que esa planta siempre ha sido utilizada para expresar algo difícil de alcanzar o de algo que, una vez alcanzado, nos puede traer la buena suerte para siempre, el ‘trébol de cuatro hojas’. Quizás el inventor de esa expresión no sabía que sería imposible hallarlo, pues, si es trébol (de ‘trifolium’), es evidente que tiene de tener tres hojas, que si tuviera cuatro, ya no podría llamarse así, se le tendría que inventar otro nombre.
Sin embargo, se dice que si el trébol tiene dos hojas, atrae a un amante; el de tres hojas, sirve de amuleto; el de cuatro hojas, atrae la riqueza y el amor; si tiene cinco hojas, es poderoso para atraer riquezas.
Saludos,
Isac Nunes
En mi jardín crecen tréboles de cuatro hojas naturalmente. ¿Qué diría el Sr. Corominas en su Diccionario al ver semejante proliferación dentro de dicho vergel?