Los nombres de religiones se escriben con minúscula, como en el ejemplo siguiente:
Se suceden los credos: taoísmo, zoroastrismo, budismo, cristianismo, islamismo, y los hombres no terminan de encontrar a un Dios que les responda o les dé la clave para vivir en paz con sus semejantes [Diario Siglo XXI (España), 3-12-2011].
Se hace extensiva la minúscula inicial a las variedades y orientaciones específicas de las grandes religiones, por ejemplo, catolicismo, protestantismo, calvinismo, chiismo, sunismo, etc.:
El protestantismo comparado con el catolicismo en sus relaciones con la civilización europea [título de una obra de Jaime Balmes]
También se escriben con minúscula las denominaciones que se aplican a los seguidores de una religión concebidos como colectividad:
El papa Gregorio Magno extendió esa prohibición a toda la cristiandad y siguió hablando de ocho pecados viciosos: envidia, ira, gula, lujuria, avaricia, pereza, soberbia y vanagloria [Tomás Eloy Martínez: El vuelo de la reina]
Y, naturalmente, mantienen la minúscula los adjetivos correspondientes a esas religiones y a sus diferentes orientaciones, como cristiano, jansenista, islámico, budista, jainista, etc.:
Algunos han descalificado esta política expansionista en lo económico […] por su componente calvinista [El Confidencial (España), 11-12-2011]
En el Metropolitan Museum se puede ver una fascinante exposición de arte islámico [El País (España), 9-12-2011]
Otra cosa es lo que ocurra con los nombres propios de las entidades que representan a esas religiones, es decir, las diferentes iglesias, sectas, órdenes, etc. Pero de eso ya hablaremos otro día.
Este blog es una joya.