Los puntos suspensivos se pueden combinar con signos dobles como los paréntesis, rayas y comillas. Aparecen antes del signo de cierre si afectan a lo que va encerrado entre dichos signos. Esto es lo que ocurre en los ejemplos siguientes:
(1) Mis amigos (Telesforo, Jerónimo, Eduvigis, Ramiro…) vinieron a la fiesta.
(2) Un máster —o algo por el estilo…— es lo que dijo que iba a estudiar.
(3) “Pues no sé…” es lo único que repetía el presidente.
En cambio, cuando los puntos suspensivos se entienden como relacionados con la oración principal, tienen que ir detrás del signo de cierre, pues representan la continuación de aquella:
(4) Ponte en contacto con sus hermanos (Florencio, Remedios y Gerardo)… si es que consigues encontrarlos.
(5) Tu sobrino —dijo—… que está hecho un sinvergüenza.
(6) Pues si te crees que está todo solucionado con decir “Lo siento”…
Como se puede comprobar en los ejemplos anteriores, el signo de cierre y los puntos suspensivos se escriben pegados a la palabra anterior, independientemente del orden en que aparezcan.