Como norma general, debemos utilizar los números de los años sin artículo:
(1) En 1929, la fuerte depreciación sufrida por la peseta a raíz del «crack» internacional no mejoró las cosas [Elena Castro Oury: La II República y la guerra civil española].
(2) Los datos de 2011 eran ya concluyentes [Juanma Roca: El arte de la guerra hoy].
Este es el uso más extendido y es el que yo te recomiendo.
Si tú prefieres decir en el 1929 o del 2011, no es un error; pero hazlo bajo tu propia responsabilidad. Puede dar pie a usos inadecuados como conservar el artículo en la fecha de una carta, donde claramente se prefiere la variante sin artículo:
(3) Cáceres, 30 de octubre de 2013
Una excepción a este uso generalizado sin artículo lo constituyen los años anteriores a 1100, para los que alternan las menciones con artículo y sin artículo, pero a menos que seas historiador esto te debe preocupar más bien poco.
Únicamente es obligatorio el artículo cuando nos referimos a un año por las dos últimas cifras:
(4) Salas se muestra un poco escéptico respecto de las doctrinas de la revolución del 89 [Leopoldo Zea: Pensamiento positivista latinoamericano].
En cualquier caso, para los usos corrientes, la opción más recomendable es utilizar los números de año sin artículo.