Qué son los verbos de afección psíquica
Los verbos de afección psíquica son los que expresan un cambio en el estado de ánimo o en las emociones de las personas. Estos son algunos:
- afectar
- animar
- asombrar
- asustar
- aterrorizar
- divertir
- emocionar
- entretener
- exaltar
- molestar
- ofender
- preocupar
Leísmo con verbos de afección psíquica
Con los verbos de afección psíquica, muchos hablantes utilizan el leísmo para expresar un matiz de significado. Vamos a comparar dos ejemplos:
(1) A la marquesa la molesta Sisebuto.
(2) A la marquesa le molesta Sisebuto.
La versión con la se atiene simplemente al uso etimológico. Ese pronombre se refiere a la marquesa, que es el complemento directo del verbo molestar. En cambio, la segunda variante contiene un caso de leísmo. Sin embargo, este tipo particular es frecuente en la lengua culta y cuenta con las bendiciones de las academias de la lengua.
La clave está en la intención
Para muchos hablantes, el significado de una y otra variante se opone. La clave está en la intención del sujeto. En la versión con la, interpretan que Sisebuto está haciendo algo intencionadamente. La marquesa se molesta como consecuencia. Hay una actividad voluntaria por parte de alguien y eso provoca una alteración del estado de ánimo de otra persona. Cuando el sujeto actúa intencionadamente, la oración acepta añadidos como aposta o adrede:
(3) Sisebuto molesta a la marquesa aposta.
En cambio, en la versión con le, el pobre Sisebuto no hace nada. Lo que ocurre es, simplemente, que la marquesa no le soporta (a todos nos pasa: hay alguien a quien no podemos ver aunque esa persona no nos haya dado motivos para ello). En esta segunda versión, nadie hace nada para molestar. La causa del enfado hay que buscarla en el carácter o la psicología de la marquesa.
La diferencia de significado se percibe nítidamente cuando contraponemos un sujeto dotado de voluntad con uno que carece de ella:
(4) A la marquesa la divierte Sisebuto.
(5) A la marquesa le divierte ir a París.
En la versión con la, Sisebuto está haciendo cosas intencionadamente para divertir a la marquesa. En la versión con le, es el hecho de viajar a París lo que excita el ánimo de la señora. Naturalmente, el acto de viajar carece de voluntad, intención, etc.
Nuevamente, si esta forma de expresarte forma parte de tus usos lingüísticos, puedes mantenerla con toda la tranquilidad del mundo.
No ha habido que esperar mucho por la entrada, que además es estupenda. No se puede explicar con más claridad una cuestión que, en efecto, parece ciertamente compleja.
¡Por fin un poco de luz en el tenebroso espacio del leísmo! Muchas gracias, tu entrada me resuelve muchas dudas.