Algunas personas tienden a escribir coma después de pero. Sin embargo, esto es una falta de puntuación. El siguiente ejemplo está mal puntuado:
(1) Pero, lo podremos solucionar.
Esto otro es lo correcto:
(2) Pero lo podremos solucionar.
La tentación de introducir esa coma se explica por las dichosas pausas. En la lengua oral, solemos marcar una pausa en esa posición para enfatizar. Si yo pronuncio el ejemplo anterior de viva voz, puedo hacer una paradita entre Pero y lo podremos solucionar. Es una forma de recalcar que la solución es posible a pesar de las adversidades.
A estas alturas, me duele la boca de decir que la función de la coma no consiste en reproducir las pausas de la lengua oral. Más bien, este signo se debe sujetar a un principio general que que suele cumplirse en cuestiones de puntuación:
Las palabras que aparecen a continuación de pero están íntimamente unidas con esta conjunción y por eso no procede levantar una barrera en forma de coma.
La tentación de introducir coma detrás de pero aumenta cuando a continuación empieza una pregunta. Parece que el signo de apertura de interrogación pide esa coma. Sin embargo, conviene reprimir ese impulso. Este ejemplo (sin coma) está bien puntuado:
(3) Pero ¿a qué viene esto?
En cambio, con una coma detrás de pero estaría mal. Nuevamente, la culpa de todo la tienen las pausas.
Como de costumbre, lo que sí puedes introducir después de pero son dos comas. En ese caso se trata de un inciso que sí se ha de marcar mediante la puntuación:
(4) Pero, naturalmente, nadie puede garantizar el resultado.
Si elimino el inciso, las comas se van con él y el enunciado resultante mantiene su sentido:
(5) Pero nadie puede garantizar el resultado.
Antes de cerrar este apartado, aprovecho para desenmascarar un mito lingüístico. Algunas personas creen que no se puede empezar un enunciado con pero. Sin embargo, no hay ninguna regla que lo impida. Unas veces tendrá más sentido hacerlo y otras, menos; pero la posibilidad está ahí. Si te fijas en los ejemplos de este apartado, verás que pero aparece en posición inicial del enunciado.
He dedicado este apartado expresamente a pero porque estos errores se producen sobre todo con esta conjunción. No obstante, lo mismo se aplica a las otras conjunciones de la familia.
Es la primera vez que veo esto: “Pero ¿a qué viene esto?”.
Pensé que siempre que se escribe una interrogación a mitad de oración hay que separarla con una coma.
¿Hay otro ejemplos en los que pueda ocurrir algo similar?
El signo de apertura de interrogación simplemente indica en qué parte de un enunciado empieza la interrogación. No interfiere con los otros signos de puntuación. Por el hecho de que aparezca ese ahí, no hay ni que poner ni que quitar ningún otro.