Los puntos suspensivos se utilizan para indicar que se produce una suspensión en el discurso, es decir, que este queda por un momento en el aire:
(1) En fin…, verás…, el caso es que yo… tenía que decirte una cosa y no sé por dónde empezar.
(2) Así que no venís este fin de semana… Y al siguiente tampoco… Bueno…, no…, si no pasa nada.
En este uso, es frecuente que representen duda, temor, titubeos, expectación, que el hablante se toma tiempo para pensar, que nos quiere dar una sorpresa, etc.
Este es uno de sus usos principales. En el otro, los puntos suspensivos indican omisión.
Así que… ya sabes…, los puntos suspensivos sirven precisamente para eso… para indicar suspensión.